Diplomacia colombo-ecuatoriana tiene una nueva ‘piedra en el zapato’

Dentro de las víctimas se encuentran un  niño de 12 años, cuyos registros, según Colombia, indicaban que era nacido en el país pero se encontraba refugiado en Ecuador, y había sido reclutado a la fuerza por las FARC.

"Inicialmente se dijo que eran colombianos con carné de refugiados ecuatorianos. He pedido el informe del caso y los primeros avances de ese informe, pero quiero tener el definitivo. Es que se trata de un niño ecuatoriano y no solo uno, sino dos ecuatorianos que han muerto en ese bombardeo", aseguró al respecto, el mandatario de Ecuador, Rafael Correa.

En cuanto al tema de refugiados, “hay una intención de Ecuador de pedir a Colombia apoyo para solventar los gastos derivados de los refugiados que huyen del conflicto hacia nuestro país”, asegura Alfonso Morales, director nacional de Refugiados de Ecuador.

En este momento las cifras señalan que cerca de 53 mil colombianos son amparados en el Estado vecino y que a su vez constituyen el 98% del registro nacional de refugiados. “Estamos gastando cerca de US$40 millones actualmente en estas personas, ha sido nuestra política recibirlos. Ojalá podamos tener el apoyo de Colombia”, puntualiza Morales.

En lo que tiene que ver con el bombardeo al campamento de alias ‘Raúl Reyes’, la Canciller colombiana aseguró que espera traer consigo la solución a los problemas técnicos que han tenido las autoridades ecuatorianas para revisar el contenido de los computadores del ex cabecilla de las FARC.

No obstante, los pedidos de Patiño parecen ir más allá. El gobierno de Ecuador está interesado en obtener los videos del operativo para identificar la participación de “terceros”. Al hablar de “terceros” la mirada se desvía casi automáticamente hacia Estados Unidos, pues las sospechas del gobierno apuntan a que desde la Base de Manta militares norteamericanos contribuyeron a la irrupción ilegal de Colombia en su territorio.

De otro lado, el vicecanciller ecuatoriano, Kintto Lucas, reconoció que durante la cumbre también quedará tiempo para tratar proyectos conjuntos en la zona de frontera, que tienen que ver con la infraestructura del puente de Rumichaca e intercambio de energía.

La cumbre se supone es uno de los últimos pasos para despejar el camino hacia la normalización de relaciones diplomáticas entre los dos países, que según Morales, podrían restablecer sus embajadas en Quito y Bogotá al comienzo del año próximo.