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Felipe, Mario y Milton

jueves 18 de noviembre de 2010, 13:54h
Con una cierta sorpresa he leído y escuchado las declaraciones de Felipe González abogando por la bondad de la legalización de las drogas. Creo que un problema tan delicado como éste y que tiene múltiples aristas hubiese merecido por parte del autor de una reflexión más seria y fundamentada ya que creo ignora muchos de los aspectos que convergen en su propuesta.

Recuerdo que de su planteamiento en un pleno del Congreso hace unos 20 años sólo mantiene que el tráfico es un gran negocio y que no admite una solución que no sea aceptada por todos los países. Pero a continuación aboga por la legalización con los argumentos habituales y tópicos de que se acabará con las mafias del tráfico, que se controlará el volumen de dinero, la legalización supondrá pagar impuestos y que se mejorará la seguridad...

Tengo que decir que este planteamiento es el mismo que Milton Friedman hizo en su libro “La teoría del statu quo” al analizar solamente aspectos económicos ignorando los demás. Es curioso que además esa teoria fuese defendida en su tiempo por medios tan conservadores como Time,Wall S. Journal o Financial Times. No aportando ningún argumento al resto de aspectos involucrados.

Ante planteamientos elucubrantes y teóricos, yo propongo reflexiones para debatir antes de adoptar decisiones.

Me gustaría que se definiese que se debe legalizar: heroína, cocaína, anfetaminas.... todas o sólo parte de ellas.

También hay que responder para quién se legaliza: ¿Para mayores de edad? ¿Para los que ya son dependientes? ¿Para los que conscientemente deseen empezar a serlo?. Si se legaliza para mayores de edad, ¿qué impediría que hubiese un mercado ilegal para los menores?.

Si sólo se legaliza para drogodependientes ¿Cómo se identifican y censan?. ¿Cómo se impide el tráfico ilegal desde los identificados y controlados hacia los que no quieren darse a conocer como tales por razones laborales o familiares? ¿Qué pasa si quieren más dosis de las recetadas?.

Si se venden libremente productos muy tóxicos como las drogas ¿Cómo puede mantenerse el control drástico sobre los medicamentos precisamente para evitar efectos secundarios indeseados?. La acción administrativa del Estado en este terreno quedaría deslegitimada.

En el caso de accidentes: ¿Qué responsabilidad legal asume el Estado y los profesionales que participan en la distribución?. ¿ Cómo puede evitarse una sobredosis (p.e. al guardar varias dosis “legales” para una sola vez?. ¿Quién paga el coste de todo esto?.

Se le ha explicado al contribuyente que deberá sufragar la distribución de unas drogas legales a través de una red  pública que tendrá un coste: atender sanitariamente al drogadicto en los hospitales públicos y probablemente apoyarle económicamente para que pueda adquirirla y no cometa delitos.

La legalización no supone la desaparición de los actuales “capos” productores: éstos pueden organizarse oligopólicamente como oferentes legales. Sus medios económicos se lo permiten y presionan en favor de la legalización.

La legalización supondría un riesgo añadido de aumento de drogodependientes por disminución del precio y facilidad de adquisición. La abolición de la Ley Seca en EEUU disminuyó la delincuencia relacionada con la distribución, pero originó un incremento del número de alcohólicos, accidentes producidos por el alcohol etc.

Todo negocio lícito importante origina un mercado negro tan importante o más (petróleo, armas, obras de arte, metales preciosos, tabaco etc.)

Sorprende que ahora que arrecian las campañas contra el tabaco y su prohibición de forma selectiva, se proponga algo que para mí es más pernicioso y letal.

Yo le pediría a Felipe que sus esfuerzos en este problema se dirijan hacia dos frentes:
Primero la prevención y en segundo lugar a influir, él que tiene esa capacidad, en las personas e instituciones que obtienen beneficios. Ahora mismo existe un mercado financiero internacional, dentro del cual se desarrollan transacciones de enormes dimensiones con ausencia de cualquier regulación y control. Algunos de los centros “off shore” más notorios importantes están situados en las articulaciones de las principales rutas del comercio de la droga.

Y para acabar quiero recoger unas palabras de Alain Touraine: “La droga es el verdadero estado superior del capitalismo puesto que por sí misma representa un máximo provecho, una máxima circulación de capitales, un mayor rendimiento de las inversiones y el anonimato total de los que intervienen en estas operaciones”.


Miguel Soláns Soteras
Ex Delegado del Plan Nacional sobre Drogas
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