Nos lo podríamos ahorrar

Díjole el presunto irresponsable (Rajoy, según Zapatero) al presunto incompetente (Zapatero, según Rajoy): Da igual las medidas que usted anuncie contra el desempleo porque que no tiene usted credibilidad y eso es irreversible. Le contestó el presunto incompetente (Zapatero, según Rajoy) al presunto irresponsable (Rajoy, según Zapatero): se podría usted ahorrar casi todo el tiempo que emplea en sus intervenciones en la Cámara porque todo lo que tiene que aportar se dice en menos de un minuto: que convoque elecciones.

    Y ya lo de menos es quien lleva más o menos razón en sus afirmaciones, descalificaciones como las de irresponsable e incompetente incluidas. Lo que tendríamos que hacernos mirar es la utilidad de los debates sobre empleo en el Congreso de los Diputados. Lamentablemente los resultados de estos largos y esperados plenos parlamentarios son inversamente proporcionales a la magnitud del problema que afrontan. Porque aunque el paro siempre crece más antes de cada debate cada vez son menos las soluciones que cada uno aporta cuando interviene en el hemiciclo.

Apañados vamos si lo único que se puede hacer de aquí hasta el final de la legislatura es, como propone el Gobierno, reformar la atención en las oficinas de empleo y formar mejor a los parados. Pero también andamos aviados si la única propuesta que podemos esperar de la oposición durante los quince meses que quedan es su insistencia en que se adelanten las elecciones. Si eso es todo lo que nos espera mejor ahorrarse sesiones como ésta. Estos think-thank de la Carrera de San Jerónimo, los protagonistas de la nueva tormenta de ideas sobre el pavoroso problema de 4.800.000 españoles sin trabajo, nos han vuelto a decepcionar. Para nada nos facilitan la labor. Y como de alguna manera tendremos que mantener nuestro puesto de trabajo de opinadores habrá que conformarse con dedicarse a los detallitos del poder. ( Ya los siento, ya, jefe Jaúregui, pero no te creas que está el patio de la calle Floridablanca para sesudos análisis) Por ejemplo, ¿se han dado cuenta de los nuevos poderes que va a asumir el supervicepresidente Rubalcaba? Según la última decisión de Zapatero, por  primera vez el vicepresidente político va a tener ordeno y mando en el área económica y social del Gobierno, coordinando una comisión interministerial de seguimiento de la aplicación de las reformas y políticas sociales. ¿Será solo para acallar las discrepancias públicas entre el ministro de Trabajo, de un lado, y la vicepresidenta económica y sus secretarios de Estado, del otro? ¿O va a estar el supervicepresidente poniéndoles deberes a unos y a otros, además de negociar directamente con empresarios y sindicatos? Habrá que seguirlo porque morbo sí que tiene…

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