Una marcha atrás poco convincente

La marcha atrás del grupo parlamentario socialista en su propósito de que el Pleno de las Cortes Regionales reprobara las famosas alusiones del alcalde de Valladolid a la ministra Leire Pajín ha causado cierta sorpresa y extrañeza dentro de las propias filas socialistas. Por lo que ha captado el topillo, la explicación ofrecida por la portavoz, Ana Redondo, para justificar la retirada de dicha  proposición -que instaba al presidente de la Junta a condenar las palabras de León de la Riva- no ha convencido del todo ni siquiera dentro de sus propias filas.

La excusa de que el asunto había dejado de ser de actualidad no resulta demasiado convincente en un asunto de dicha naturaleza. Y menos aún el argumento de que esa iniciativa podía “desvirtuar” o “enturbiar” el debate sobre la Ley de Violencia de Género previsto en la misma sesión parlamentaria. De esto último discrepan por completo algunas procuradoras socialistas, para las que el debate de esa Ley hacia especialmente oportuna  la iniciativa de condenar las palabras del alcalde de Valladolid.

Tampoco ha gustado en los mismos círculos que la retirada de la proposición se haya producido a instancias del grupo socialista del ayuntamiento de Valladolid. Piensan que se ha transmitido la imagen de que el candidato a la alcaldía, Óscar Puente, ha impuesto su criterio a Ana Redondo en un tema de dimensión, no ya regional, sino nacional, que en absoluto es de competencia municipal. Esta última crítica no es nada inocente teniendo en cuenta que Redondo siempre ha formado parte de la corriente del PSOE vallisoletano liderada por Puente.

Por el contrario, el portavoz popular en las Cortes, Carlos Fernández Carriedo, abrazó ayer con indisimulada satisfacción la marcha atrás del grupo socialista.