Miquel Iceta: "Me preocupa más el voto en blanco que la abstención. Hace cuatro años dijimos que había que arreglarlo y seguimos igual"

- Cómo están la moral de la tropa socialista a 60 horas del cierre de la campaña?

- Por un lado con preocupación, pero también con esperanza y voluntad de movilización porque nos preocupa un bajo nivel de participación en general y especialmente en el espacio progresista. Por eso a media campaña nos marcamos como reto llenar este jueves el palau Sant Jordi para urgir a la participación.

- En Madrid hablan de campaña aburrida, parece que no les interesa porque se explican programas y propuestas y no hay peleas.

- Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo de explicación de medidas especiales, trece exactamente, y tienes la sensación de que este esfuerzo por darle dinamismo a la campaña y ofrecer contenidos no siempre se refleja en la respuesta del interés mediático.

Antes de verano presentamos el programa marco; en setiembre, el Manifiesto; en octubre, el programa y en campaña estas trece propuestas. De estos contenidos el que ha hecho algo más de ruido es la campaña dirigida a los ni-ni porque ha generado muchas opiniones, a favor y en contra.

- Hace cuatro años se habló mucho del DVD de David Madí, en esta campaña ha habido muchos vídeos. ¿No se desvirtua la campaña con estos mensajes provocadores alejados de los programas?

- Todos estamos siendo un poco prisioneros de la imagen. Entiendo que es más fácil escenificar un momento de emoción ante una urna que anunciar doce distritos tecnológicos. ¿Desvirtúan la campaña? Yo creo que hasta este punto, no, porque está siendo una campaña de contenidos. ¿Que hay otros videos que manifiestan una cierta preocupación? Es posible, por ejemplo, que el Partido Popular haya querido cortar el paso a Plataforma per Catalunya.

Lo que nos preocupa, de verdad, es la abstención. En las últimas elecciones votó un 56 por ciento y las encuestas hablan ahora de un 52. Habrá que ver ese tercio que dice estar indeciso si realmente aún no sabe qué votar o si está preparando el terreno para no votar.

- Si hay mucha abstención será culpa de todos, ¿no? del gobierno y de la oposición ¿no será un castigo a los políticos "instalados" en su conjunto?

- La tentación sería decir que sí, pero por otra parte en estas elecciones hay más oferta que nunca, de gente "no instalada", por utilizar su expresión.

- Hablo de abstención activa, no por falta de oferta si no por estar en contra de cómo van las cosas.

- Me duele más el voto en blanco porque ahí sí que hay un toque de atención directo a los partidos y a las instituciones. Hace cuatro años todos nos llevamos las manos a la cabeza por la alta abstención y dijimos que había que arreglarlo pero cuatro años después volveremos a tener más o menos la misma participación de 2006.

Además, ahora, hay el factor añadido de la crisis, que asusta a la población y que no invita a participar. De ahí viene nuestra obsesión por llegar al máximo posible de gente, de hacer otros actos, de emitir otro tipo de mensajes y de utilizar las redes sociales.

- Usted es un buen usuario de las redes sociales. Saben dirigirse al segmento joven, que es el que más las utiliza y a la vez el más abstencionista.

- No sólo yo, en realidad lo están haciendo los grandes partidos. En Estados Unidos se dieron cuenta que es gente que dispone de más información que la media. En las anteriores campañas ya había las páginas web pero ésta es la campaña del Twitter y el Facebook. ¿Tendrá impacto en la participación? No lo sabemos, pero queremos favorecer la llegada de estos mensajes. Claro, también tiene su punto negativo porque el anonimato hace a veces que se cuelen mensajes que van en contra nuestro.

- La abstención se asocia a la desafección por la política pero vino la magna manifestación del 10 de julio y el pueblo catalán se movilizó. ¿Cree que esto se reflejará el 28-N?

- Las encuestas no van por ahí porque casa muy poco una manifestación tan numerosa con una participación electoral tan pequeña. Hubo ciertamente la voluntad de responder a la sentencia pero esto lo tenían que canalizar después los partidos y el momento no era el más feliz. Después de la manifestación tendrían que haber salido unas ciertas propuestas consensuadas y coherentes pero los partidos ya estaban pendientes de las elecciones. En Cataluña existe la conciencia de que sólo sabemos ir juntos en los grandes momentos.

- ¿Cuántas frustraciones generarán las promesas que se están vendiendo en campaña?

- Algunas de las cosas que se están diciendo en materia de autogobierno, como la independencia, no son razonables. También tengo serias dudas sobre las intenciones reales de Artur Mas respecto al concierto económico porque me parece que con ello está incubando una gran frustración. Y los ciudadanos ya no se creen ciertas recetas contra la crisis.

- El plan de ayuda a los ni-ni se deja para quien gobierne en enero, ¿no será otra frustración?

- En realidad todas las propuestas son para que las haga el próximo gobierno, por eso hemos insistido en plantear propuestas a los problemas reales que tiene la sociedad. En el caso de los llamados ni-ni, hay una juventud que abandonó los estudios para ponerse a trabajar, llegó la crisis y se encuentran ahora cruzados de brazos. Ya entiendo que el que siguió estudiando y esforzándose diga que para qué le ha servido pero también convendría explicar que el que ha estudiado en la universidad pública tampoco se ha pagado con su matrícula el coste real de los estudios.

El dinero nunca es del gobierno, sino de la sociedad que se esfuerza y paga sus impuestos.

- Montilla y Mas ¿no sabían que el debate no se podía hacer si no se comunicaba con cinco días de antelación? ¿Para qué lo plantearon al final del debate del domingo?

- Esta es una instrucción de la Junta Electoral, la ley no dice nada sobre esto. Es más: en el plan de medios de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals figuraba la propuesta del debate a dos, de modo que tanto Montilla como Mas sabían que si querían, el debate se podría celebrar. Esta posibilidad estaba muerta y enterrada hasta que el presidente Montilla lo planteó el domingo.

- Los debates se plantean o se aceptan sólo si es para ganarlos. Montilla pensaba que, arriesgándose, ¿podía salir aún peor pero también que podría darle la vuelta a la tendencia de las encuestas?

- Tenemos la sensación de que Artur Mas ha podido hacer una campaña con muchas ambigüedades, como dejar la puerta abierta para pactar con el PP o con Esquerra. El debate cara a cara era una oportunidad para que aclarase qué dejaría de hacer si bajaba los impuestos, o cómo podría pactar con quien se niega a que convoque un referéndum, etcétera.

- ¿Tenía Montilla alguna bomba capaz de cambiar el sesgo de las elecciones? Ustedes tienen el Gobierno español, el de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona, tienen dónde buscar información a ver si sale algo…

- No, no, era sólo un interés legítimo de confrontación. No había golpes bajos porque los escándalos ya son conocidos –caso Palau, caso Pretoria- y en cambio en los grandes temas defendemos opciones muy distintas. Estatut o referéndum, pactos con el PP o con ERC, política económica…

Cuando Mas habla de adelgazar la Administración él sabe, porque ha gobernado, que los cargos de confianza sólo representa una partida de 14 millones de euros. O cuando habla del personal, sepa que hemos amortizado dos mil plazas. Queríamos poner en evidencia que muchas cosas que propone Mas no se sostienen.

Parece que Mas no se acuerda de que él gobernó, Montilla gobierna ahora y basta con comparar lo que se ha hecho en materia de infraestructuras, o de financiación, o de desarrollo del Estatut.

- En estas elecciones, ¿el PSC no habría preferido no tener al "gobierno amigo" en España?

- Nunca habíamos tenido tanto autogobierno, un Estatut como éste y la financiación conseguida con el gobierno socialista en España. Si es por la crisis, ya es otra cosa. Siempre podemos decir que lo que tenemos es insuficiente pero es una evidencia indiscutible que tenemos más que nunca.

- Quien pierda se irá a casa. O Montilla o Mas no resistirán la oposición. Pongamos la hipótesis para los socialistas: ¿El lunes empezaría la operación de relevo en la primera secretaría?

- El presidente Montilla ya ha dicho que no aspiraría a un tercer mandato, pero este es un proceso que no se producirá hasta el 2014. Además, como ya ha sucedido en otras elecciones, la figura del candidato no tiene porqué ir ligada a la del cargo de primer secretario. Nuestro calendario viene muy marcado: primero, el 28 de noviembre, después, las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011. Montilla, sea o no presidente, no se volverá a presentar.