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Autoridades no asumen responsabilidades

Crímenes dentro de penales revelan viejas falencias del  sistema penitenciario

Crímenes dentro de penales revelan viejas falencias del sistema penitenciario

miércoles 01 de diciembre de 2010, 02:04h
No sólo la sobrepoblación en los penales peruanos es un grave problema del sistema penitenciario peruano, sino también el descontrol de la Policía Nacional del Perú en las cárceles. Ello se ha confirmado nuevamente con un asesinato cometido al interior del Penal de Lurigancho, en agosto.

Un interno de nacionalidad holandesa confesó a las autoridades del establecimiento penitenciario que en agosto último recibió la visita de su pareja, Lesly Dallane Paredes Silva. Supuestamente, el holandés Jason Sanford Staling Conquet habría discutido con ésta al interior del penal y acabó con ahorcarla hasta la muerte. El asesino confeso contó que escondió el cadáver de la mujer en una banca que pudo construir al costado de su celda.

Otro recluso que tenía recién cuatro días de haber llegado a dicho penal fue asesinado ayer de doce puñaladas en el pabellón 12-B por otro interno que registra ocho ingresos a la cárcel por robos y asaltos agravados.

Policía sin control

El director de Seguridad de Penales de la PNP, coronel Víctor Flores Marín, dijo que muchas veces las visitas femeninas solo muestran su documento de identidad, sin dejarlo, para agilizar su ingreso a los pabellones. "El día del asesinato realizado por el ciudadano holandés acudieron 6500 mujeres y 1500 niños de visita", explicó. La falta de control es evidente y elafán de eludir las responsabilidades lo es más aún.

Al respecto, ni el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) ni el Ministerio de Justicia han dado respuestas sólidas. Solo la última entidad, a través de su oficina de prensa, dijo que "la seguridad del penal le corresponde a la policía, nosotros no tenemos nada que ver".

Por su parte, la Policía Nacional, mediante un nuevo comunicado, manifestó que el personal (unos 25 policías) que estuvo de servicio el 28 de agosto será investigado por la Inspectoría General de la PNP para deslindar responsabilidades administrativas y, si las hubiere, también penales.

Los penales desbordan

Por otro lado, Flores Marín afirmó que el penal de Lurigancho, el más hacinado del país, carece de un arco de seguridad para detectar droga u otros objetos y no tiene siquiera un detector de metales.

Es tal la carencia de equipos que solo cuenta con 1800 fichas metálicas que se les otorga a los visitantes varones cuando ingresan al penal los domingos y dejan su DNI. Según Flores Marín, los equipos de cómputo que deben ser suministrados por el INPE, dependen del Ministerio de Justicia, son obsoletos y rara vez los nombres de las visitas se cotejan con el Registro Nacional de Condenas, salvo cuando hay alguna operación de la PNP.

 

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