¿Quién tiene más nivel los jockeys o los preparadores españoles?

A mi entender los mejores jockeys españoles se frustraron con el cierre de La Zarzuela y aunque todos ellos se dejaron la vida por triunfar fuera pagaron en sus carnes pertenecer a un turf como el español. Nunca se sabrá, porque es imposible, saber que lo que hubiera sido de Jorge Horcajada, nuestro jockey más profesional, o José Luis Martínez, el más completo y efectivo, sin el cierre de La Zarzuela.  

Sus mejores años los jugaron fuera de casa, con lo que esto implica, y volvieron al amparo de un lugar que conocían y donde se sentían fuertes y contaban además con la seguridad de montar mejores opciones. Ellos mejor que nadie saben lo importante que es lo que hay debajo. Ellos jugaron fuera sin las ventajas de algunos que han venido a España, que lo han hecho en cuadras grandes y bien relacionado, tipo Julien Grosjean. Otra cosa fue la aventura inglesa de Ortiz de Urbina, el más laureado, que decidió trabajar fuera y que llegó a montar en una cuadra importante ganando sus carreras en Inglaterra. Hoy por hoy, todos ellos, aún viviendo sus últimos años en activo siguen siendo en cuanto a los españoles los más efectivos. No salen nuevos jockeys y los pocos que lo han hecho no han dudado en salir fuera, como ha sido el caso de Montenegro en Francia o Antonio Gallardo en Estados Unidos para ganarse la vida y crecer en una profesión que en España tiene el muro de la falta de carreras. Otros se fueron para no volver como Manolo Díaz o Miguel Ángel Marín.

Sin embargo, no se puede restar mérito al triunfo en la estadística de Jeremy Crocquevielle que lo ha hecho sin el apoyo de una cuadra importante y sí formando un binomio ganador con un preparador como Yan Durepaire y un caballo como Karluv Most. Precisamente con este entrenador estaríamos analizando el mismo caso que con los jockeys, sino fuera porque junto a él también hay otros como Mauri Delcher o Guillermo Arizcorreta, que han demostrado que se puede combinar La Zarzuela sin necesidad de dar la espalda al turf francés.  

Lo malo es que esta apertura de fronteras no viene acompañada muchas veces con el binomio preparador/jockey. Salen fuera con sus mejores caballos y buscan montas foráneas porque confían poco o muy poco en los jockeys de aquí. Y en muchas ocasiones les ha ido bastante mal. Quién no recuerda haber leído en algún foro que cual o tal caballo fue mal montado. Los últimos casos que se me vienen a la memoria; Convidada en Pisa o Volcánico en Toulouse. 

En los años de cierre hubo un buen número de preparadores que entendieron que lo mejor era mirar al norte. Y ahí están los Román Martín, Christian Delcher, Ramón Avial, Ana Imaz con sus caballos estabulados en San Sebastián y compitiendo con decoro y éxito en Francia. Incluso algunos menos modestos como Luis Alberto Urbano, con sus caballos estabulados en Pau, o el caso de Carlos Laffon, que es pionero en ganar grupos en París. Todos ellos han abierto una puerta al turf español de la cual ahora se aprovechan otros.  

Lo que parece absurdo, según está el turf en España, es algunos preparadores que siguen dando la espalda al turf francés y a sus premios. Quedan pocos pero todavía alguno desprecia el norte. No sé si será por miedo. No sé si será por falta de medios. O incluso porque significaría salir de su ámbito. De su burbuja. Una burbuja en la que hay muy buenos caballos pero en la que hay demasiados pocos premios.  

Lo que está claro es que los preparadores que se atreven con Francia consiguen éxitos y rentabilizar sus caballos, algo que en España con una jornada de carreras por semana es mucho más complicado. Y, al igual que ha pasado con los jockeys, los entrenadores que deciden estabularse en España viniendo del extranjero en muchas ocasiones se han sabido ganar con sus métodos de trabajo la confianza de los mejores propietarios. Y eso no es de ahora. Recuerdo a Enrique Bedouret (sin necesidad de irme a la época de Ángel Penna) en la cuadra Alborada, un argentino que revolucionó tácticas con la cuadra Alborada, y que aunque muy criticado por algunos se hinchó a ganar carreras en la España de los ochenta. Digo lo de criticados porque muchos en nuestro Hipódromo hablan de la labor de entrenadores de propietarios. El último en hacerlo fue Ángel Sánchez recientemente en una entrevista en A Galopar. Y para eso, aunque viste ser foráneo, siempre resulta más cercano lo nuestro. No nos engañemos. La labor de los preparadores es, en demasiadas ocasiones, saberle decir exactamente al propietario del caballo lo que quiere oír.