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¡LA QUE TENEMOS ENCIMA, Y LA QUE SE NOS AVECINA…!

jueves 30 de diciembre de 2010, 11:09h
La delicada situación económica que está padeciendo nuestra Región –aún mayor que la del resto del país-, por las tasas de paro, la destrucción de tejido productivo con el fracaso de la “economía del ladrillo”, etc., ha determinado que el ejecutivo murciano, al no poder seguir endeudándose haya adoptado unas extraordinarias medidas antisociales contra sus propios trabajadores, dañando sus modestas economías, y abandonándolos a su suerte en plena crisis, no sólo desde el punto de vista económico, sino también social, presentando como privilegiado a un menesteroso sector, que lo único que tiene, suele ser su salario, y en no pocos casos deudas para sacar adelante a sus familias.
    Tal comentario es injusto y ofensivo, especialmente en boca de los que han derrochado hasta el paroxismo, de los que tienen tarjeta visa oficial, coche oficial, y que suelen tener empleados a sus familiares próximos, pues “el poder da alas”.
    Y sin embargo, este gobierno –en el mejor estilo autoritario, reeditando la derecha agraria de otros tiempos- ha “echado el carro por el pedregal”, y en vez de tomar medidas eficaces de ahorro, especialmente donde se gasta inútilmente, han creído que sus empleados estaban demasiado bien tratados (¡basta leer el preámbulo de la ley de recorte!), y antes de quedarnos sin el capricho del aeropuerto, antes de recortar en contratas de asistencia y servicios, como la que se aprobó para que HEFAME lleve la plataforma logística de la sanidad pública regional, previo pago de más de 40 millones de euros al año,  o reducción de altos cargos (Consejerías, Direcciones Generales y Subdirecciones Generales), eliminación de programas perfectamente prescindibles de supuesta calidad, de formación no siempre necesarios, reducción del parque móvil, eliminación de las tarjetas visas de altos cargos, y medidas de este tipo, se arremete contra los débiles. ¡Pero la “moza ha salido respondona”!, harta de ver cómo se gestionan las “cuestiones domésticas”. Motivo por el cual, creemos sinceramente que Valcárcel ha errado en sus objetivos, no sólo por lo injusto, sino por la torpeza de ponerse enfrente de todas las organizaciones sindicales de la Región, y por supuesto de los empleados públicos regionales.
     Siendo esto de gran calado, pues un censo de 55.000 empleados públicos de la Comunidad Autónoma es un número muy significativo en el contexto regional, especialmente por lo que supondría en su influencia de voto, tanto en ellos, como en sus familias. No resultando muy acertados los interesados cálculos de neutralización del conflicto al creer colisionar con el resto de la sociedad en la consideración de un sector de privilegio. Pues privilegiada es la “casta política” con sus sueldos, sus privilegios, y su participación en el “botín público” ganado en los procesos electorales, al que se creen con derecho.
    No obstante, no hace falta ser un experto en las finanzas públicas para atisbar que sólo con estas medidas no se consiguen los objetivos de ahorro pretendidos, más allá de cabrear a un numeroso sector social. Ya que además para que fueran de cierta eficacia en ahorro, estas medidas conllevarían despidos, que por otra parte, tras ser reconocidos por Valcárcel en una entrevista días pasados, ha sido matizada por la Consejera de Sanidad, en el sentido que no conllevarán estas medidas despidos, en pública contradicción, además de ser una afirmación contraria a la lógica a la que responde la misma medida. Por tanto, estamos ante los “taimados cálculos” electorales del PP, que para que la “cirugía sea indolora” se aplazará el grueso de la intervención para después de los comicios autonómicos de mayo, pues una vez asegurado el propósito del poder, y con cuatro años por delante, vendrán las auténticas medidas de recorte.
    En el momento actual, la premura por superar el examen del Ministerio de Economía, tras el desbarajuste del fiasco inicial de cuentas públicas de Murcia, ha hecho que hayan asomado las intenciones, en el convencimiento de su invulnerabilidad electoral, ante unos sondeos previos que les daban amplia ventaja. Pero si el conflicto se cronifica, y especialmente si los sindicatos y empleados públicos llegan a ser conscientes de la que les espera tras el mes de mayo, la lógica de los acontecimientos lleva a pensar en una reducción del margen electoral entre el PP y el PSOE-PSRM, que si no sea para un vuelco electoral por la misma premura de tiempo, sí para ajustar una primacía que hasta ahora nadie discutía, y puede empezar a resentirse.
    Por tanto, aunque haya mensajes contradictorios desde San Esteban, entre el autoritarismo y el diálogo, parece lógico que Valcárcel y sus numerosos asesores empiecen a barajar cómo atajar el conflicto antes de que se les vaya de las manos, siendo una de las primeras acciones la ruptura de la unidad sindical –pues es de las más fáciles medidas a adoptar-, mediante el ofrecimiento de ventajillas a algunos sindicalistas “bizcochables”, que diera al traste con el frente reivindicativo. Pero ¡ojo a los oportunistas..!, también hay elecciones sindicales en la Comunidad Autónoma este mes de marzo; lo que pone difícil cualquier maniobra en la oscuridad de alguna organización sindical, pues su gente les abandonaría muy probablemente, en pleno proceso electoral. Si bien, todo tiene su momento, por ello es de suponer que esas fuertes e impopulares medidas de contención del gasto, acaben esperando a la época estival, con los procesos electorales superados, fuera de situaciones comprometidas, y en pleno estío murciano en el que el público estará sin la capacidad actual de respuesta.
    ¡Vivir, para ver…..!
                        EL MIRAVETE
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