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Babel en el Senado

miércoles 12 de enero de 2011, 08:12h
La próxima semana se emplearán por primera vez, en el Senado, las lenguas cooficiales de España: catalán, gallego, euzkera y valenciano. Y, claro está, la traducción simultánea tiene un coste, que es de 11.950 euros por sesión  (dos millones de las antiguas pesetas); un coste innecesario dado que todos los senadores se entienden perfectamente en el idioma castellano, en la lengua española… No vamos a entrar aquí en el debate sobre un Estado pluri-lingüístico, que eso queda para otros foros, y tanto el catalán como el gallego o el euzkera o el valenciano son muy respetables. Pero lo que no es tan respetable es el derroche innecesario de dinero y el espectáculo ridículo de unos senadores que escuchan a su compañero de escaño a través de un pinganillo, como si se tratase de la intervención de un ministro alemán o de un diputado chino.

Hay situaciones que, por puro sentido común, se deberían evitar. Y una de ellas es  (y especialmente en tiempos de crisis) gastar decenas de miles de euros en traducciones simultáneas en una cámara cuyos componentes se entienden a la perfección en el mismo idioma, y no hay más qué ver en qué lengua hablan en la cafetería… Y en una cámara, además, en la que muchas de sus señorías se pasan una legislatura entera sin intervenir, en que “piran” las sesiones o “hacen novillos” como colegiales, y en que, cuando hay un pleno, es necesario complacer el capricho del senador catalán, gallego, vasco o valenciano de hablar en la lengua cooficial de su comunidad, y de subrayar el latoso “hecho diferencial”.

Y puesto que falta casi una semana para ese plenario en que se inaugura la traducción simultánea, nos atrevemos a sugerir a los senadores que recapaciten y que eviten este espectáculo nada edificante. Y, si no lo hacen, que no se quejen ni se lamenten de que la sociedad da la espalda a los políticos, cada día más desprestigiados. ¿Se imaginan la reunión del consejo de administración de una gran empresa española en la que, porque uno de sus miembros es catalán, gallego, vasco o valenciano,  haya que utilizar un sistema de traducción simultánea? Probablemente los accionistas les retirarían la confianza o los correrían “a gorrazos”. Pues en el Senado, lo mismo: sus accionistas somos todos los españoles.



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