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Un anuncio para la esperanza

miércoles 26 de enero de 2011, 08:27h
    Los creativos publicitarios, que tienen la obligación de conectar con la sensibilidad social, y que han de exhibir el don de la síntesis y de la brevedad, a veces dan en la diana. Este es el caso de la nueva campaña de Coca-Cola en la que, en una apuesta porque hay razones para creer en un mundo mejor, se dice: “POR CADA PERSONA CORRUPTA, HAY 8.000 DONANDO SANGRE”.

    Y es verdad, queridos amigos. En la radio y en los periódicos y en las televisiones y en las páginas de “Internet” aparecen cada día (sección sucesos, sección sociedad, sección política, sección economía, lo mismo da) individuos que utilizan a sus semejantes como si fuesen bestias de carga….; que abusan de la debilidad ajena; que se enriquecen esclavizando a mujeres o a niños; que emputecen la convivencia…; que utilizan el Poder como un “corralito” o como una finca privada; que envenenan a los otros con alimentos contaminados; que falsifican documentos en beneficio propio; que abusan de su posición dominante a la fuerza; que persiguen a quienes no piensan como ellos; que hacen de la intolerancia un parapeto para disparar sus balas de odio; que no entienden ni quieren entender a los demás… Sus rostros son habituales: a veces son jefes de Gobierno; otras, mafiosos rodeados de  guardaespaldas; en otras ocasiones, narcotraficantes o proxenetas que disfrutan de aviones privados y de grandes mansiones…

    Pero volvamos al “slogan” de Coca-Cola aunque sólo sea para encontrar argumentos para la esperanza: “POR CADA PERSONA CORRUPTA, HAY 8.000 6DONANDO SANGRE”.

    Ocho mil y muchos más. Aunque, como les comentábamos ayer, la crisis ha tenido algún efecto no deseado en las donaciones de sangre y de órganos, tal como denunciaba el doctor Rafael Matesanz, máximo responsable del Sistema Nacional de Transplantes español, que es el mejor del mundo. Decía Matesanz que, en algún caso aislado, una persona se negaba a facilitar los órganos de su familiar recién fallecido argumentado: “Yo estoy en el paro y nadie me hace caso ni me ayuda, por lo que no me siento obligado a ayudar a los demás…”.

    Son -insistimos- episodios excepcionales puesto que, con la que está cayendo, con lo mal que lo están pasando millones de españoles, la gente cada día es más solidaria; las familias son cada día más puerto de acogida; y organizaciones de indudable prestigio, como Cáritas, hacen más por los pobres que el Gobierno central o los diecisiete gobiernos autonómicos.

   “POR CADA PERSONA CORRUPTA  -y no lo dudamos-  HAY 8.000 DONANDO SANGRE”, o tendiendo la mano o desviviéndose   (que es renunciar a la propia vida…) por los demás. Y eso es lo que nos salva a todos.



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