Dicen los expertos que el sector sanitario requiere por naturaleza inversiones crecientes. En Catalunya, en tan solo siete años, casi se ha duplicado el gasto sanitario público, pasando de 5.595 millones de euros en 2003 a 9.875 millones en 2010 y nuestro déficit por dicho concepto es de 850 millones de euros (el déficit total de 2010 superará los 7.000 millones). ¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Tan mal estaba nuestra sanidad que fue indispensable tan elevado gasto, o hemos sido derrochadores, o malos gestores? Ahora todo el mundo habla de la necesidad de hacer recortes, de ahorrar, de racionalizar y modificar estructuras… y yo desde aquí pediría moderación, sentido común y mucha transparencia. No es lo mismo inversión que despilfarro, amiguismo ó privatización interesada.
El nuevo gobierno de la Generalitat tiene en sus manos una patata muy caliente: ¿Cómo mantener el actual nivel de calidad con menos recursos y en un sector que exige inversiones crecientes? Hay que reducir gastos y, al propio tiempo, mantener el nivel de calidad. Mientras Navarra y Extremadura gastan entre 1.500 y 1.700 euros por cápita Madrid, País Valenciano, Catalunya y Andalucía gastan entre 1.100 y 1.300 euros y en el resto de autonomías el gasto oscila entre los 1.300 y 1.500 euros per cápita. Como vemos, la nuestra es una de las autonomías con mejor servicio de salud y coste más reducido, inferior a la media del Estado, favorecida por el hecho de que un 20 por ciento de la población pertenece a alguna mutua.
Pero… ¿cómo afecta la crisis a las mutuas? ¿han perdido muchos socios? Ahora empiezan a oírse las voces de ancianos que no pueden seguir pagando el elevado incremento que han registrado sus pólizas al superar la edad de 64 o 65 años.
Por otra parte, España es el país de Europa que, en relación al PIB, más medicamentos consume. Según la Agencia Europea del Medicamento, cada año fallecen en Europa 197.000 personas a causa de efectos adversos de los medicamentos. Si la prescripción o su toma fuese más atenta a los riesgos que conlleva se podrían evitar entre un 65% y un 75% de estas muertes. Los precios son totalmente arbitrarios: fabricar el medicamento más caro, de cien a quinientos euros, no cuesta más de dos euros, incluido el envase. Supuestamente pagamos el esfuerzo de investigación, pero entre una 30% y un 40% del gasto medio de los laboratorios se destina a la promoción comercial. En España el precio del medicamento está alcanzando el de Alemania, que nos duplica la renta per cápita. Sin embargo, recientemente, la rebaja de precios de muchos fármacos decretada por el gobierno estatal, ha hecho que el crecimiento del gasto en farmacia fuese negativo, tanto en Catalunya como en la mayoría de comunidades españolas. Este parece ser el buen camino para racionalizar el gasto.
Distintos gestores y profesionales sanitarios, entre los que destaca el conseller de Salud, Boi Ruiz, han expresado la necesidad de hacer cambios estructurales. Parece ser que por ahora están descartados el copago y la reducción de prestaciones, si bien la construcción de muchos de los hospitales proyectados por el anterior gobierno deberá ser aplazada. Entre los cambios estructurales que se proponen destaca la concentración de servicios para optimizar recursos, lo que obligará a los pacientes a desplazarse para recibir servicios que hasta ahora tenían próximos a su casa. Y me pregunto: ¿esta concentración de servicios no incrementará las ya muy largas listas de espera? ¡Cuidado, no nos precipitemos, no queramos cambiarlo todo y mantengamos nuestro nivel de calidad! Personalmente yo, que ya tengo una edad, preferiría un pequeño copago, casi simbólico (pero nada despreciable si observamos el total que se obtendría por dicho concepto) antes que sufrir grandes desplazamientos y rebajas en la calidad de la asistencia. Pero sí, animo a toda clase de racionalización en gastos como transporte (la mala gestión en taxis y ambulancias ha contribuido al despilfarro) farmacia, hostelería, pruebas analíticas… ¡Bienvenidas sean todas las gestiones que nos mentalicen en el ahorro y en el cuidado de nuestra salud!.