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Abandono escolar

Abandono escolar

martes 01 de febrero de 2011, 10:55h

Los jóvenes españoles, junto a los de Portugal y Malta, están entre los europeos que con mayor frecuencia abandonan la escuela o el colegio antes de completar la educación obligatoria. Se trata de una tasa del 30 por ciento de abandono, el doble que la media comunitaria, y mientras que los países que nos acompañan en el “ránking” -los citados Portugal y Malta-  van por el buen camino para corregir este problema, en España ha aumentado el abandono escolar en la última década, en parte por la llegada de inmigrantes. La comisaria de Educación de la Unión Europea, Andrula Vasiliu, destaca, además, que esta deserción de las aulas condena al “trabajo precario” y complica el futuro de los jóvenes.

     Este asunto, inquietante y demoledor, puede ser interpretado desde muchos puntos de vista y con variadas claves. Y a ellos no son ajenos ni los cambiantes planes de estudios, ni las preocupaciones de la familia por asuntos agobiantes (como la situación económica o el paro), ni la desmotivación de muchos profesores literalmente 'amenazados' por los alumnos y por sus padres, ni, en fin, un contexto generalizado de desesperanza que ha originado la generación más inquietante de la reciente historia de España. Nos referimos a la 'generación NI-NI', integrada por jóvenes que NI estudian NI trabajan, ni ven otro horizonte vital que hacer tiempo frente al televisor o en los corros del 'botellón'.

     Estamos ante algo muy serio, ante la erupción de decenas de miles de analfabetos funcionales (y, además, orgullosos de serlo), o de personas incapaces de manejar las herramientas de la convivencia. Porque la educación no consiste solamente en aprender fechas, batallas, fórmulas matemáticas o códigos de lectura y escritura, sino que la educación es el arte de convertirse en seres sociales, hábiles en las relaciones humanas y diestros para ganarse la vida con el esfuerzo de cada día.

     Pero ni el Gobierno ni la oposición conceden importancia a esos asuntos, empeñados y obsesionados con sus luchas de poder. Es doloroso, en fin, que la patria de Cervantes y de Velázquez y de Ramón y Cajal y de Severo Ochoa esté, hoy por hoy, peor que nunca; es decir, en el vagón de cola de la Educación en todo el continente.

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