Villa Vargas fue capturado el lunes en Santa Cruz después de 20 meses en los que, según el fiscal Marcelo Soza, “desapareció de la faz de la tierra”.
Fue imputado de la presunta comisión de los delitos de alzamiento armado y terrorismo el 21 de mayo de 2009, y acusado de los mismos delitos el 17 de diciembre de 2010.
Las dos audiencias se llevaron a cabo ayer por la tarde en el Hospital Policial, de la zona de Sopocachi en La Paz.
Soza hizo una larga exposición en la que negó que “el Viejo” hubiera sido torturado y mostró un certificado médico forense expedido el 8 de mayo de 2009, cuando fue interrogado, de que no había “señal de que hubiese sido golpeado o tuviese algún tipo de hematomas o algún edema (...) Lo único que dice es que padece de insuficiencia respiratoria aguda y diabetes insulinodependiente”.
En declaraciones a la red Uno, el aprehendido denunció haber sido torturado y dijo que no delató a persona alguna por sus vínculos con Rózsa Flores.
Solicitó que “el Viejo” sea recluido preventivamente en el penal de Palmasola, en Santa Cruz, pues existe el riesgo de fuga y de que influya sobre otros acusados actualmente prófugos con quienes mantuvo relaciones de amistad.
En determinado momento, Marcelo Soza dijo que tiene pruebas de que Villa Vargas participó en el atentado terrorista contra la residencia del cardenal católico Julio Terrazas y de que propuso a Eduardo Rózsa Flores cometer otros actos similares (ver recuadro).
Al concluir el alegato del Fiscal, el juez Sarmiento pidió a Villa Vargas que asumiera su defensa. El aludido respondió: “Estoy de acuerdo y haré todo lo posible para que se aclare el caso”.
El magistrado dispuso la detención preventiva de “el Viejo” en Palmasola.
La segunda audiencia, que tuvo carácter privado, se cumplió a continuación. Los fiscales Isabelino Gómez, Aldo Ortiz y Carlos Fiorilo imputaron a Villa Vargas de los supuestos delitos de obstrucción de la justicia y extorsión.
El jueves 13 de enero, la red televisiva Cadena A exhibió un video en el que se observa a Villa Vargas cuando recibe 31.500 dólares.
Se dijo que la persona que le entregaba ese dinero era Carlos Núñez del Prado, entonces director general de Seguridad Ciudadana, a condición de que “el Viejo” abandonara Bolivia.
Los tres representantes del Ministerio Público investigan si ese video es un montaje o no, en cuyo caso deberán determinar la procedencia del monto con que fue sobornado.
Por disposición de la juez Pérez, este caso se procesa en reserva, pese a lo que el fiscal Aldo Ortiz informó al concluir la audiencia en sentido de que se dispuso su reclusión en el penal de máxima seguridad de El Abra, en Cochabamba.
Ortiz explicó que la juez “ha determinado la detención preventiva del señor Ignacio Villa Vargas o José Ignacio Vargas Vargas, ya que se ha acreditado por parte del Ministerio Público sus dos identidades”. La primera es la real y la segunda es la que empleó para hospedarse en el alojamiento El Guapurú de la capital cruceña, donde fue sorprendido por periodistas de la red televisiva Uno.
El jurista refirió que se valoró que en las cárceles de La Paz, Santa Cruz y Trinidad guardan reclusión implicados en el caso Rózsa que podrían poner en peligro la vida de Villa Vargas.
Ante la situación de que dos juzgados del mismo nivel jerárquico se pronunciaron de distinta manera sobre un mismo aprehendido, esta mañana una de las salas penales de la Corte de Justicia de La Paz deberá dirimir el caso.
Villa Vargas pretende internarse en el penal de Palmasola, por lo que su abogada defensora de oficio, Mónica González, anunció que apelará la decisión de la juez Pérez, mientras que los fiscales Gómez, Fiorilo y Ortiz harán lo propio con la decisión del juez Sarmiento.
Horas antes de que se lleven adelante ambas audiencias, el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, solicitó públicamente el encarcelamiento de “el Viejo”.
“Como querellantes, creemos que debe permanecer en un centro penitenciario tomando en cuenta que Villa Vargas enfrenta dos procesos judiciales”.
Aunque su antecesor fue Alfredo Rada, que calificó a Villa Vargas de “testigo clave” de la investigación, Llorenti dijo que hacer una afirmación de ese tipo “es un exceso alimentado por algunos medios de comunicación”.
La autoridad apuntó que un testigo es una persona que aporta con datos, documentos y pruebas a una investigación, en tanto que un acusado es todo individuo que, al concluir las investigaciones, el Ministerio Público señala que es probablemente autor de un delito.
Familia Dwyer denuncia ejecución extrajudicial a la ONU
La familia de Micheal Dwyer, el irlandés muerto a tiros en el operativo del hotel Las Américas, de Santa Cruz, el 16 de abril de 2009, envió un reporte de 28 páginas a un relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para mostrar evidencias de que Dwyer no murió en un enfrentamiento armado con la Policía boliviana.
Según reportó el diario irlandés Irish Times, la familia sostiene que las recientes declaraciones de Ignacio Villa Vargas y la evidencia de videos se suman a los informes de autopsia y balística que muestran contradicciones con los reportes del Gobierno.
El caso de terrorismo volvió a tomar protagonismo internacional y dos importantes periódicos irlandeses, Irish Times, además de Irish Central, reflejan el giro en las investigaciones del grupo de Eduardo Rózsa Flores con los indicios de extorsión y tortura de Ignacio Villa Vargas. La familia de Dwyer pide un tribunal independiente internacional y asegura que las pruebas que ha presentado a la ONU muestran que “no hubo ningún tiroteo, solamente una ejecución a sangre fría”.
El reporte del Irish Times hace énfasis en las denuncias de tortura hechas por Villa Vargas presuntamente realizadas para que declare en contra de los extranjeros y sustentando la versión del Gobierno de una acción terrorista que buscaba la división del país. Las publicaciones irlandesas coinciden en reflejar las revelaciones del portal de internet WikiLeaks, que en un cable diplomático estadounidense habla de una acción de la Inteligencia boliviana que buscaría montar un grupo para perseguir opositores.
“Villa propuso otro atentado”
El fiscal Marcelo Soza aseguró ayer que Ignacio Villa Vargas no sólo participó, junto con los fallecidos Eduardo Rózsa Flores y Micheal Dwyer, en el atentado dinamitero contra la residencia del cardenal católico Julio Terrazas, sino que propuso otro.
En su exposición ante el juez Rolando Sarmiento, Soza dijo que “tenemos registrados una infinidad de mensajes de texto que envía Ignacio Villa Vargas a Eduardo Rózsa Flores (en los que le) dice: ‘Tumbemos el Cristo’; en otro, ‘La bomba me lo entregará el día miércoles, motivo del Carnaval no me lo entregan de inmediato” (sic) u “hoy salí de La Paz. Estamos bien, gracias”.
El representante del Ministerio Público agregó que la participación de Villa Vargas se ha confirmado “no sólo en el atentado a la casa del Cardenal, que ha sido dilucidado en la acusación. Sabemos que Ignacio Villa Vargas, junto con Eduardo Rózsa Flores y Micheal Dwyer, fueron los que pusieron la bomba en la casa del Cardenal. Eso está plenamente corroborado y será el Juez o el Tribunal de Sentencia que determinen la culpabilidad o no de Villa Vargas”.
Soza admitió que estos hechos, sobre los que dijo tener pruebas documentales, no forman parte específica del pedido de detención preventiva, pues expuso la existencia de riesgos procesales que justifican su encarcelamiento.
Para destacar
El “testigo clave” del Ministerio Público padece diabetes. Requiere inyectarse insulina para controlar su nivel de glucosa.
Ignacio Villa Vargas fue traído a La Paz y alrededor de las 04.00 de ayer fue internado en el Hospital Policial.
El primer diagnóstico señala que presentaba un cuadro de hipertensión arterial, pero la condición fue controlada.
El aprehendido no podrá ser trasladado a cualquier penal mientras no sea dado de alta por los médicos que lo atienden.
Los delitos de terrorismo y alzamiento armado atribuidos a Villa Vargas se penan hasta con 25 años de presidio.
La obstrucción de la acción de la justicia y la extorsión se sancionan con reclusión de tres a cinco años.
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