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Off the record - 13 junio 2007

Off the record - 13 junio 2007

miércoles 13 de junio de 2007, 08:20h

EL OJO DE ETA VIGILA NAVARRA

Le negativa del PSOE a dejar gobernar a UPN en Navarra tiene su lógica política de partido, que desaparece en la segunda parte del pronunciamiento, al preferir el entendimiento con Nafaroa Bai al entendimiento con el PP. A estas alturas ya se sabe que el acuerdo de los dos grandes partidos trasversales del Estado es punto menos que imposible en Navarra, porque ETA ha hecho saber que cerraría hasta la última rendija al “proceso de paz” que Rodríguez Zapatero quiere recuperar por alguna parte. 

No es sólo que los abertzales adviertan contra un gobierno de UPN respaldado desde fuera por el PSN –la hipótesis de una “gran coalición” de UPN y PSN necesitaría mucha sinceridad y grandeza de ánimo, que no parecen probables en el escenario–, sino que también rechazan la posibilidad contraria, un gobierno minoritario de PSN. O entendimiento con Nafaroa Bai o “guerra, guerra, guerra”.

Nada es irreparable y no está el mañana, ni el ayer, escrito. Pero los empresarios navarros creen, y temen, que los socialistas pactarán con Nafaroa Bai para dejar algún portillo abierto a la recuperación del “proceso de paz”. Y que intentarán cubrir las apariencias evitando entregar Pamplona mediante los votos añadidos de ANV, el actual “partido tapadera” del complejo ETA-Batasuna. ¿Qué pedirá Nafaroa Bai a cambio de aceptar este pacto incompleto?

 

CANARIAS, EN LA SALIDA DEL LABERINTO

Rodríguez Zapatero sabe que, al negarse a cualquier entendimiento con el PP en Navarra, probablemente sentencia a López Aguilar a quedarse en la oposición en Canarias tras sus brillantes resultados electorales, y por eso se vuelve a oír el run-run de que el ex ministro de Justicia podría convertirse en próximo embajador de España en Washington. Conoce bien el idioma y es, aparte sus méritos académicos, un reconocido experto en cuestiones internacionales. Sus cualidades lucirían más en Bruselas, pero Washington o Londres no dejan de ser nuestras principales Embajadas.

Sólo algo tan importante como esa “señal a ETA” que representaría un acuerdo en Navarra de los dos grandes partidos trasversales del Estado frenaría probablemente la coalición CC-PP prácticamente ya cerrada en Canarias.

Cierto que PSC y CC siguen negociando, pero la “fumata blanca” es cada día más improbable, por mucha ilusión e ideas que le ponga, y las pone, el negociador socialista Hernández Spínola, incluyendo la oferta de un generoso “Estatuto Express”, y aunque López Aguilar se afecte el hígado y suavice o silencie lo que realmente piensa, y no se recata mucho en decir, del “núcleo duro” de CC.  

Al fin y al cabo, con el PP, los nacionalistas de CC mantienen la emblemática Presidencia del Gobierno y el PP se habilita un espacio de poder, unos “cuarteles de invierno” en los que restañar las heridas electorales y afrontar la reconstrucción del partido en el archipiélago atlántico.

Y desde luego el PSC no puede ofrecer lo que no está en sus manos y que se le reclama poco veladamente, una “suavización” de la presión policial y judicial sobre los enrevesados escándalos económicos del archipiélago. Aunque algunos se empeñen en no creerlo, es verdad que en España los jueces son independientes, inamovibles y sometidos únicamente al imperio de la ley, como proclama la Constitución.

 

BALEARES, UNA CUESTIÓN PERSONAL

En el archipiélago mediterráneo en cambio, y aunque todo puede cambiar en horas, los bastos pintan para el PP, que al borde de la mayoría absoluta puede pasar sorprendentemente a la oposición, y no por razones políticas de fondo, sino emocionales, esto es, por la radical incompatibilidad personal entre esa mujer listísima y de difícil trato que es María Antonia Munar, líder de Unión Mallorquina, y el simpático líder del PP y hasta ahora presidente de Baleares, Jaume Matas, que no destaca por su mano izquierda.

Todavía queda paño por cortar, pero el desencuentro personal entre Matas y Munar sólo podría superarse con desproporcionadas concesiones a Unión Mallorquina. En el empresariado balear, inquieto ante el horizonte de otro desbarajuste como el del anterior multipartito, no faltan los que piden al PP que haga esas concesiones, pero el desencuentro entre Matas y Munar es difícilmente reversible.

En Unión Mallorquina, “las bases”, como se dice siempre en estos casos, asegura Munar que prefieren el pacto con el PSOE, lo que por cierto, y conociendo esas “bases”, ya es raro, pero en fin… Significa que sube las condiciones de la puja.

 

MADRID, DOS MUJERES DE CARÁCTER

Caben dos versiones sobre el ascenso a la Presidencia de la Asamblea de Madrid de la muy honrada y activa Elvira Rodríguez, uno de los pocos políticos que, en España, domina los enrevesados vericuetos de la contabilidad presupuestaria. En lo protocolario, la antigua y leal colaboradora de Rodrigo Rato se convierte en la “número dos” de la Comunidad de Madrid. Pero los más antiguos de la transición recordamos que cuando Landelino Lavilla fue elegido para la Presidencia del Congreso de los Diputados, no pocos analistas concluyeron que había “quedado expuesto”, como los santos en los altares.

La política es una actividad compleja y como siempre recordaba el inolvidable gallego Pío Cabanillas, nunca es fácil saber si un político sube o baja, como no se sabe de un gallego encontrado en el rellano de la escalera. Y si se sabe, no es buen político.

Elvira Rodríguez intentó poner orden preventivo en lo más enrevesado que tiene el PP en la Comunidad de Madrid, que no son precisamente los pueblos o barrios favorables al PSOE, y acabó dejándolo por imposible. Se cruzaban demasiado los deseos del presente con algunos convenientes silencios del pasado, así que mejor paz, y después gloria, como por cierto ha sucedido. Elvira Rodríguez suma cualidades de autoridad y sentido del humor, un “cóctel” muy conveniente para su nuevo cargo. Tendrá éxito y será cada vez más útil para el PP y para Esperanza Aguirre.

De momento, la imagen social del PP de Madrid se moderniza con perfiles de progreso. Dos mujeres –las dos muy preparadas, con carácter, dotes de mando y larga experiencia de desempeño de cargos públicos– al frente de las dos primeras instituciones de la Comunidad, el Gobierno y la Asamblea. Esperanza Aguirre no da puntada sin hilo.

 

CNMV Y CNE, BRILLAN LAS ESPADAS

Dos temas, curiosos, importantes y con variopintos flecos, quedan pendientes para mejor detalle. De un lado, las actuaciones previstas por Pedro Solbes, desde la vicepresidencia económica, para mitigar en lo posible el deterioro sufrido por los organismos reguladores, presunta y necesariamente independientes, cuando fue manifiesto que habían perdido la virginidad en las procelosas aguas de los intereses político-empresariales del clan Intermoney y de su oficina económica en La Moncloa. De otro lado, que algunos no están dispuestos a callarse y que, por ejemplo, Manuel Conthe va a seguir contando cosas y opinando, a poco que se le anime.

Los dos organismos más afectados son, desde luego, la CNMV y en menor medida, pero con aspectos muy significativos, también la CNE, aunque Maite Costa sea menos polémica que el tandem Segura-Arenillas. En el caso de la CNE lo malo es que Joan Clos quiere echar una mano, y ya ha trascurrido tiempo suficiente para saber que, al lado del sentido político de Clos, hasta su predecesor y hoy Molt Honorable President Montilla era un lujo de delicadeza.

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