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Abrazos en San Valentín

lunes 14 de febrero de 2011, 10:06h
En vísperas de San Valentín, un centro comercial madrileño, situado a dos pasos del estadio Santiago Bernabéu,  y que no es el centro comercial por excelencia del que media España somos clientes, convoca al público a través de un correo electrónico   a lo  que llama una “abrazoterapia by iloveuprojekt”. El castellano es casi alérgico a las palabras compuestas, como son palabras compuestas  bocacalle o pasamontañas. Y por eso ese  “abrazoterapia” rechina en el oído y no digamos ya nada de ese “by iloveuprojekt” digno de un “ocupa” lingüísticamente sanguinario. La Academia recomienda no escribir “okupa”  con ka,  de Kafka, sino con ce de conejo, el animalito que este año están venerando los chinos.  

 A las 14.30 horas del día de San Valentín los organizadores del  evento mencionado  invitarán  al público reunido en ese centro comercial a abrazarse durante 30 segundos. Esta invitación a que la gente se abrace en público  – y,  en otros casos, y desde hace ya algunos años, la convocatoria ha sido para besarse -  no es nueva y está en sintonía con nuestra época, en la que la intimidad se ha ido a criar malvas  En el día de San Valentín El Corte Inglés convoca en Pamplona un concurso de besos en el que se premiará el beso más original. ¿Puede llegar a ser un oficio besarse en público en los centros comerciales ahora que la crisis económica obliga a inventarse oficios? Este oficio, probablemente, le parecerá bien a Sergio Bulat, autor del excelente libro El arte de inventarse profesiones. Destacar en un mundo laboral en crisis, publicado por Empresa Activa y traducido al portugués.  Obviamente, el que la gente se abrace en público, el día de san Valentín,  para decirlo con palabras prestadas del dramaturgo Miguel Mihura, no me parece bien, ni me parece mal, sino todo lo contrario.  Mojándome un poco, incluso diría que me parece muy bien porque, realmente, un abrazo es algo maravilloso. Un niño sano y bien alimentado, pero al que los padres no acariciaran ni besaran,  podría incluso morirse. Por eso, en los protocolos de los hospitales, se insta a los enfermeros y enfermeras a que tengan algún contacto físico con los enfermos. Ese contacto físico resucita al enfermo. “Dame mil besos” (“da mi basia mille”), cantó el poeta latino Catulo, un precursor del día de San Valentín.

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