Según informaciones de el diario El País, Asuntos Internos ha detenido este, en la comisaría de Móstoles, a los agentes José Luis González Clares, más conocido como El Moro, y Luis López Hidalgo, así como al también policía Rivera Santos y al ex agente de la Comisaría General de Información, Jesús Parrilla. Tres de ellos habían estado anteriormente destinados en la comisaría de Puente de Vallecas, donde fue hallada la única bomba desactivada en el 11-M. En esta misma trama, fueron detenidos un matrimonio de narcotraficantes y un abogado, relacionados con los cuatro agentes. Los detenidos están acusados de tráfico de explosivos, tráfico de drogas, detención ilegal, denuncia falsa, simulación de delitos y revelación de secretos, supuestamente al diario El Mundo, a cambio de vincular esta trama con el 11-M.
El aparente confidente
El pasado 15 de agosto, dos de los policías entregaron un paquete de 5,5 kilos de Goma 2 ECO a Manuel R., que, en esta trama, toma el papel de confidente de los agentes. La misión del falso confidente consistía en denunciar que el paquete –que éste pensaba que contenía droga- iba dirigido a un musulmán al que éste desconocía. A cambio de la confidencia, los policías se comprometieron a acercar a Madrid a un preso familiar del falso confidente. Los policías, requeridos por su compinche, quedaron con él en la carretera de Carabanchel a Leganés y cuando, según contaron, vieron que se trataba de explosivo llamaron por teléfono al 091, lo que motivó una investigación de la Brigada Provincial de Información y del juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, quien se encontraba en funciones de guardia.
Narcotraficantes
Del Olmo dejó en libertad al confidente, pero quedó algo inquieto respecto al asunto. La policía decidió entonces seguir con las pesquisas, para verificar si había una trama de tráfico de explosivos. La investigación permitió conocer la supuesta connivencia entre los policías, el matrimonio de narcotraficantes y un abogado y también que la entrega de los explosivos era un montaje. El juez Del Olmo autorizó pinchar los teléfonos de los policías investigados, extremo que éstos llegaron a conocer. La pesquisa permitió determinar que los agentes supuestamente colaboraban con una red de traficantes de drogas, heroína fundamentalmente, para perjudicar a una banda rival.
La historia llega a El Mundo
Fuentes policiales y judiciales conocedoras de la investigación indicaron que los policías, sabiendo que tenían el teléfono intervenido, contactaron con el diario El Mundo para ofrecerles la historia. Los agentes se prestaron a contar el asunto al citado diario, trataron de pactar los tiempos de la publicación y, además, mostraron interés en que el caso de los explosivos se vinculara con el 11-M. El diario dirigido por Pedro J. Ramírez pareció muy interesado por el caso, pues publicó el jueves pasado que se estaba investigando una trama policial por traficar con Goma 2 y se vinculaba la pesquisa con el 11-M, por el hecho de que es el mismo explosivo y porque uno de los agentes bajo sospecha trabajó en la comisaría de Puente de Vallecas, pese a que pertenecía a un grupo de investigación y en la noche del 11 al 12 de marzo ni estuvo en la comisaría ni tuvo nada que ver con el hallazgo de la única mochila desactivada, según fuentes de dicha comisaría.
A pesar de que los cuerpos policiales hayan revelado y destapado la información, el diario El Mundo no parece, según escribe en el editorial de editorial de este sábado, dispuesto a cejar en su empeño de deducir implicaciones en relación con el 11-M.
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