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El genio se salió de la botella

El genio se salió de la botella

martes 22 de febrero de 2011, 16:43h

Soplan vientos de cambio. El mundo es testigo de lo que está ocurriendo en El Medio Oriente

En Egipto los ciudadanos demostraron que sí se puede. Centenares de miles salieron a protestar durante 18 días continuos. Ganaron la batalla gracias a su perseverancia. Mientras tanto los militares -cuyo apoyo a Mubarak lucía inquebrantable- comprendieron que los vientos de la historia soplan ahora en otra dirección. Ni un disparo salió de aquellos rifles.

Así suelen actuar los militares en todas partes. Cuando entienden que el reclamo del pueblo es legítimo, les retiran su apoyo a los autócratas. Esa es la pesadilla de todos los dictadores del mundo.

En el Medio Oriente el genio se salió de la botella. Los problemas arrancaron en Túnez donde Ben Alí, mandatario por 30 años, fue desplazado del poder mientras sus fuerzas armadas se mantuvieron al margen.

Los vientos de cambio pueden afectar los sitios más inesperados. En la lista figuran gobiernos como el de Argelia, donde Bouteflika llegó al poder en 1999 pero que, vencido su período presidencial, modificó la Constitución para reelegirse al mejor estilo de algún autócrata caribeño; o en Yemen, donde Ali Abdullah Saleh lleva 32 años en el poder. Todos se encuentran amenazados por lo que luce como un efecto dominó indetenible. También Baharein, Sudán y Marruecos, entre otros.

Ningún país está exento de riesgos. Ni siquiera Arabia Saudí, amenazada por grupos cuyo fanatismo religioso los lleva a aspirar a un califato Wahabita. El wahabismo ha inspirado a algunos de los movimientos más radicales del islam. Pero no es el radicalismo religioso lo que parecen estar anhelando las multitudes árabes; es más bien la democracia.

Quizás donde existen más razones para que los ciudadanos exijan un cambio democrático es en países como Irán, Libia y Siria.

En 1979 las multitudes iraníes salieron a la calle para reclamar la salida del Sha de Irán. Intentando calmar los ánimos, éste decidió designar al líder de la oposición -Shahpur Bakthiar- como Primer Ministro. Bakthiar ofrecía democracia, pero quien se coló fue el Ayatolá Jomeini, que impuso una dictadura teocrática que aún impera.

Hoy en día -32 años después- la historia se apresta a pasar la página. El pueblo nuevamente está en las calles de Teherán reclamando aquella democracia que les había sido esquilmada. Recordemos que el 12 de junio del año pasado se impuso de manera fraudulenta y sangrienta la reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad, quien pudo lograr su trampa gracias al apoyo del Líder Supremo. Y es que en Irán quien tiene el control es el Ayatolá Jamenei -Jefe de Estado y Líder Supremo- elegido de por vida por el Consejo de Expertos integrado por 86 ayatollahs. Sólo ellos pueden removerlo.

Pero como el genio se salió de la botella, los ciudadanos ya no están dispuestos a tolerar más aquella dictadura teocrática dominada por Jamenei. Es su cabeza la que pide el pueblo. En respuesta, el Líder Supremo amenaza con una "Azura" (decreto religioso) para acusar de "Mohareb"(enemigos de Dios) a los líderes de la oposición y a los que participen en disturbios en su contra. El castigo para un Mohareb es la pena de muerte. Aún así el rugido del pueblo continúa clamando libertad. Es posible que el Ayatolá Jamenei, en un esfuerzo por salvar su propia testa, termine por arrojarles la de Mahmud Ahmadinejad.

Y en Libia la situación tampoco es mejor. Aquel dictador que llegó al poder en 1969 después de derrocar al rey Idris, confronta también las iras de su pueblo. La represión ha sido violenta y se habla ya de más de 90 muertos en los últimos días. Al mundo le cuesta olvidar el apoyo que Gadafi dio al terrorismo internacional. Se le acusó de financiar el movimiento "Septiembre Negro" que perpetró la matanza de atletas judíos en las Olimpíadas de Munich en 1972, así como de las bombas colocadas en "La Belle", una discoteca en Berlín donde murieron más de 200 personas, y de apoyar a quienes plantaron la bomba en el vuelo 103 de Pan Am que cayó en Lockerbie dejando 270 víctimas.

Soplan vientos de cambio. El mundo entero es testigo de lo que está ocurriendo en El Medio Oriente. En otras latitudes ejércitos y ciudadanos comprenden que podría estar llegando la hora de seguir el ejemplo que El Cairo dio. Sólo el respeto a las normas democráticas, a la independencia de los poderes, a la libertad de expresión, la libertad de los presos políticos, a las elecciones libres, a los tratados internacionales, al manejo pulcro y eficiente de los fondos públicos, podrían convencer al genio de que regrese a la botella.

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 @josetorohardy

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