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La bacteria MA

martes 08 de marzo de 2011, 14:12h
   Hasta de los partes médicos se hacen conspiraciones, la mayor patochada de la semana es descubrir que hay quienes creen que Rubalcaba se ha inventado la infección para no comparecer en el Congreso a responder a las preguntas de los miércoles. Hay quién quiere ignorar que los partes médicos los hacen los profesionales, que el vicepresidente está ingresado en un hospital público, y que no es la Policía la encargada de controlar infecciones urinarias, (lo que le faltaba, por cierto). Pasma, y asusta ver como la lucha política también se lleva al terreno clínico en función de quién sea el ingresado.

   La acumulación de políticos con problemas de salud en los últimos quince días: Esperanza Aguirre, Uxúe Barcos, Rubalcaba y Valeriano Gómez, lleva a pensar que la actividad pública no está exenta de altos riesgos. Hace años Julio Anguita dejó la primera línea después de un buen susto de corazón, algo que tiempo después achaca a aquella vida de locos que llevaba en la política y que se traducía en muchos kilómetros, mala alimentación y una buena dosis de estrés. Puede que algo de eso haya detrás de la baja del vicepresidente que está en todos los frentes. Lo suyo es desearle a él, y al resto de cargos públicos afectados por la salud, una pronta recuperación para que estén en óptimas condiciones y puedan responder a cuántas cuestiones se les planteen. A los rivales políticos se les vence en las urnas, no en la UCI por mucho que algunos se empeñen en destilar mala leche por el gotero.

   Eso sí, la ausencia de Rubalcaba por enfermedad lleva a Zapatero a hacerse la misma pregunta que Mourinho con el lesionado Cristiano Ronaldo: "¿Juega mejor el equipo sin él?" La última remodelación de carteras creó el llamado "gobierno de los diecisiete portavoces" pero la realidad dice que sin Rubalcaba el gobierno enmudece bastante. Detrás de Rubalcaba se esconden ministros y ministras bastante grises. En el caso de algunos, por ejemplo Cristina Garmendia, se desconoce si han abierto la boca desde la Operación Retorno de verano hasta la fecha, aunque haya sido para preguntar la hora. Ahí reside el poderío de Rubalcaba que controla la situación y distribuye el juego político que el resto de ministros no saben dar porque Zapatero ha construido un gobierno unipersonal entono a su vicepresidente primero.

   La culpa la tiene una bacteria que se llama MA y de la que no teníamos noticia el resto de los mortales hasta que le ha afectado al vicepresidente, y le ha dado un pésimo carnaval este año. De paso ha tocado al gobierno aunque siempre Zapatero puede decir que juega mejor con diez que con once aplicando una máxima de Helenio Herrera.
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