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Otro gesto de hipocresía

martes 22 de marzo de 2011, 08:00h
El Consejo de Estado aplaude la iniciativa del Gobierno de prohibir o, al menos, “limitar severamente” los anuncios de prostitución en la prensa escrita. La iniciativa es buena, puesto que todo lo que sea luchar contra el tráfico de seres humanos, mujeres muchas  veces coaccionadas por mafias de proxenetas y esclavizadas en burdeles, resulta loable. Sin embargo, el Gobierno está manifestando nuevamente su hipocresía al no entrar en el fondo de esta lacra, e intentando atacar a la maltrecha economía de los medios de comunicación, sin ofrecerles nada a cambio y sin atreverse a ir al fondo del asunto. Con el tabaco, y salvando todas las distancias, sucede algo parecido: no se puede fumar en los lugares públicos, pero se venden cigarrillos y puros en los estancos, en un negocio muy rentable para las arcas públicas. No es culpa de los periódicos que exista la prostitución, y no sólo la voluntaria del que se dio en llamar “el oficio más viejo del mundo”, sino la coactiva y mafiosa en manos de redes de trata de blancas. Tomamos un periódico de hoy en sus páginas de “anuncios por palabras”:     -morenita, besucona, cachonda, complaciente, marido aburrido, una hora, discreción…     -pechazos naturales, completísima, superviciosa, griego profundo, francés a tope, recibo en lencería…     -coñito cañero, consoladores, besucona, superguay y guarra… ¿a qué esperas? Y no seguimos sencillamente porque nos da vergüenza seguir.  Pero la culpa, insistimos, y por mucho que elogiemos a las publicaciones que hayan renunciado a esta porquería, no es de las empresas periodísticas, sino de una Administración pública que no coge por los cuernos el toro de esta zafiedad. Si se permiten los prostíbulos y se hace la vista gorda contra los casos más que evidentes de proxenetismo y de corrupción, el Consejo de Estado, que es el máximo órgano consultivo en la democracia española, debería comenzar por tirarle de las orejas al Gobierno como primer responsable de este escándalo legal y moral. No hay que “matar al mensajero” sino cortar de raíz el mensaje envenenado.     Por lo demás, y cambiamos de asunto,  mientras en el Tribunal se dilucida si los batasunos de SORTU son galgos o podencos, la gendarmería francesa detuvo ayer a otra etarra, Jone Lozano Miranda, de 24 años de edad y natural de San Sebastián, y que figuraba en la lista de los terroristas más buscados por la Guardia Civil. Por fortuna, ya está en manos de la Justicia. Y, también por fortuna, en un mundo convulso, que mira, unánime y perplejo, hacia Japón o hacia Libia, las Fuerzas de Seguridad españolas y galas siguen, como el rayo que no cesa, la lucha cotidiana e implacable contra los asesinos. > Escuche las columnas de Luis el Olmo en vídeo:
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