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El abuso de los eurodiputados viajeros

viernes 08 de abril de 2011, 09:08h
Mucho ha tardado en producirse el estallido en la opinión pública derivado del escándalo de los abusos que cometen, muy habitualmente, los eurodiputados. No debiera extrañar que ahora continúen las revelaciones y que empiecen a reclamarse responsabilidades y rectificaciones. Algo parecido sucedió recientemente en el Parlamento británico, donde se descubrieron otra clase de abusos de dietas excesivas y abusivas de muchos parlamentarios, de los que ni siquiera se privó el actual premier británico. Ahora el escándalo lo ha generado una votación en que muchos diputados del Parlamento europeo se mostraron favorables a poder seguir viajando en primera clase de trenes y aviones. Pero, “ya puestos”, los medios informativos han comenzando a  observar el sueldo, las dietas y las restantes prebendas de las que disfrutan tales eurodiputados. Se sabe, por ejemplo, que cada europarlamentario cobra cada mes 10.500 euros, disfrutan de dietas especiales por acudir a las sesiones de trabajo y tienen cubiertos todos los gastos de viaje, incluido el exceso de equipaje, según se recoge en el Estatuto único de los eurodiputados al Parlamento Europeo, que entró en vigor en julio de 2009. En efecto, la asignación mensual para cada eurodiputado, antes de impuestos, asciende, este año  2011, a 7.956,87 euros, si bien, tras descontar el impuesto comunitario y el pago de una cotización a un seguro de accidentes, se queda en 6.200,72 euros netos. A esta cantidad se se añaden, con el concepto de dietas para gastos generales, 4.299 euros mensuales,  importe con el que deben sufragar los gastos en el Estado miembro de elección, tales como la gestión de oficina de los diputados, el  teléfono y los gastos postales, así como la compra, funcionamiento y mantenimiento de los equipos informáticos y telemáticos. Los diputados "tienen derecho al reembolso del coste real de sus billetes de viaje para la asistencia a sus reuniones en Bruselas o Estrasburgo previa presentación de recibos, hasta un límite máximo equivalente a la tarifa de la clase 'business' para los viajes en avión, a la tarifa de primera clase para los viajes en tren, o hasta un límite de 0,50 euros por kilómetro para los viajes en automóvil". También tienen derecho a "unas dietas fijas basadas en la distancia y en la duración del viaje para cubrir otros gastos relacionados con el viaje (como, por ejemplo, los peajes de autopistas, los gastos por exceso de equipaje o los gastos de reserva)". Como, "con frecuencia", tienen que viajar fuera de su Estado miembro de origen en el ejercicio de sus funciones, con fines distintos a las sesiones, "para cubrir esta eventualidad, los diputados pueden percibir una dieta anual de viaje fija para cubrir los gastos de viaje, alojamiento y otros gastos asociados". El reembolso se realiza con arreglo a la tarifa aérea o ferroviaria real, previa presentación de los correspondientes bonos de viaje y la documentación justificativa necesaria. Para el año 2011, la dieta se ha fijado en un máximo de 4.243 euros. Asimismo, el Estatuto del Diputado indica que el Parlamento abona "dieta fija de 304 euros por cada día de asistencia a reuniones oficiales de órganos del Parlamento., por asistencia a reuniones oficiales de órganos del Parlamento en los que el diputado ejerce sus funciones y que se celebran en el territorio de la Comunidad Europea". Con ella se pretende cubrir los gastos derivados de alojamiento, manutención y otros gastos relacionados con dicha asistencia. Igualmente, reciben "una cantidad de 152 euros diarios, más gastos de alojamiento y desayuno, por la asistencia a reuniones celebradas fuera del territorio de la Unión siempre que el diputado haya firmado la lista oficial de asistencia de la reunión". A todo ello hay que sumar que disponen de un importe máximo anual de 19.709 euros por diputado para asistencia, ya que los eurodiputados pueden seleccionar a su propio personal... Toda esta serie de prebendas y beneficios, y en concreto, esa votación sobre los viajes en primero o en turista, ha logrado, esta vez,  suscitar un abultado escándalo, y mientras algunos eurodiputados han pedido disculpas, otros defienden esta situación de ventaja. Por ejemplo, el vicepresidente del Parlamento Europeo y eurodiputado del Partido Popular, Alejo Vidal-Quadras, sostiene que los viajes en 'business' "no son por el lujo, el placer o el capricho", sino que "responden a una necesidad objetiva" derivada de la actividad laboral de los políticos. Opina Vidal-Quadras que la respuesta de los europarlamentarios es "algo que no hay que explicar y que entiende todo el mundo", ya que la obligación de volar "150 ó 300 veces" al año "requiere unas condiciones físicas que sean las adecuadas a este esfuerzo". "La razón por la que viajamos en 'business' no son el lujo, el placer o el capricho, sino que responde a una necesidad objetiva de que personas que están obligadas por razón de su trabajo a estar en el aire" un equivalente a " 15 días completos" --30 días en los casos máximos--, puedan viajar "en unas condiciones de una cierta comodidad" y no lleguen machacados al trabajo "después de ir con las rodillas pegadas" al asiento delantero, ha explicado. Además,  considera que el Parlamento Europeo ya se ha sometido a un "esfuerzo de austeridad" importante en el presente ejercicio, puesto que la variación del presupuesto "ha estado por debajo de la inflación", y que el gasto "ha bajado en términos reales", lo que supone "un esfuerzo muy grande como institución". "A partir de aquí, que los ciudadanos establezcan sus juicios y que cada uno haga sus comentarios y análisis de acuerdo con su saber y entender. Yo, personalmente, estoy absolutamente tranquilo", añadió Vidal-Quadras. Y mencionó su caso personal: “Vuelo 150 veces al año y no estoy dispuesto a volar en turista", concluyó. Caso distinto, y opinión muy diferente es la del eurodiputado de ICV Raül Romeva, eurodiputado de ICV, que votó en contra de los viajes en ‘business', y que este viernes declara al diario Público:. “Viajo en turista desde hace mucho tiempo. Se ha demostrado que el control ciudadano de las instituciones tiene peso. Ante un asunto tan sensible, es bueno explicar a la gente que hay diputados que no apoyamos los privilegios. Si se analiza el Presupuesto global de la UE, estamos hablando, proporcionalmente, de cifras pequeñas. No son medidas que nos vayan a sacar de la crisis, pero son necesarias, porque estamos exigiendo a muchos que hagan lo mismo. No podemos reclamar a los demás que hagan lo que nosotros no nos aplicamos. Es una cuestión de respeto a los ciudadanos, más que económica”. Ahí está la cuestión, en el abuso de los privilegiados...
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