Empezó la cuenta regresiva este martes 16 de agosto. Tiempos de la política en México: en menos de 1 mes el gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto entregará este 16 de septiembre del 2011, el mando de la entidad más importante del país a Eruviel Avila, en lo que sin será acto que atraerá los reflectores del país, por lo que implica el traslado de estafeta.
Peña Nieto, por fin, estará en posibilidades de pronunciarse respecto a lo que no por ser una obviedad en aras de mantener la forma, que en política cuenta tanto, ha reiterado una y otra vez, al culminar su responsabilidad al frente del exitoso gobierno realizado en el Estado de México, cuando se pronuncie, clara abierta e inobjetablemente en relación a si aspira o no, a contender por la candidatura presidencial del PRI para el 2012.
El Partido Revolucionario Institucional, que con acierto ha sabido conducir el coahuilense Humberto Moreira, ha trazado los tiempos para que todo esté listo en enero, cuando se tengan que realizar los registros legales de aquellos que por el PRI, el PAN y el PRD –y aun una alianza del PT y Convergencia, convertida en Morena, dado el caso- contiendan para llegar a Los Pinos el 1 de diciembre del 2012, tras las elecciones del 3 de julio del próximo año. Mes de agosto y de conclusión de vacaciones, en donde Peña Nieto tiene un perfil adecuado para mantener la gran preferencia electoral que como candidato en lo individual y aspirante priísta tiene de cara a la elección del 2012.
Por supuesto que en política nada está escrito. Y eso que se lo pregunten a Andrés Manuel López Obrador, quien a tres semanas de la elección del 2006, se peleó con su mejor aliada en los medios, la directora general de La Jornada, Carmen Lira, quien tal le hemos referido aquí le retiró por una semana la cobertura de campaña al PRD y al tabasqueño. Andrés gritaba a los cuatro vientos “ya ganamos”, pero a final de cuentas, en medio de gran margallate, el IFE pudo esclarecer el inequívoco triunfo de Felipe Calderón, que reconfirmó el TEPJF, tomando posesión de su encargo constitucional ante el Congreso de la Unión reunido en San Lázaro el 1 de diciembre de ese 2006 de protestas insoportables de López Obrador en Paseo de la Reforma, que sin embargo no le llevaron a ningún lado con todo y su “gabinete de sombra” que ciertamente se convirtió en algo peor que en una pálida sombra, pues nadie más se enteró de su existencia.
El caso es que conocedores de estas historias, los panistas en estos momentos se esmeran por ganar con tácticas, estrategias y apoyos diferentes, la candidatura presidencial del PAN. Para este columnista dos son los dos grandes finalistas: el titular de la secretaría de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero y el secretario de Educación Alonso Lujambio. Sin descuidar a Santiago Creel, que tiene en su contra el haber contendido en la pasada elección y no pudo ganarle a Felipe Calderón, presidente de México y panista de prosapia, que conoce como se trabaja con los consejeros, los gobernadores y las fuerzas reales que hacen ganar una candidatura, tal ocurrió en su caso.
Respecto a Vázquez Mota, la “cargada” de algunos legisladores federales del domingo anterior y las cuentas que presentó respecto a su “informe-“destape”, atizan la antipatía de los consejeros, que influirán en la elección semi abierta que realizará el PAN, para elegir a su candidato. Me dicen que en los hechos quien operará la estrategia de unción del candidato, no será precisamente Gustavo Madero.
En el PRD va Marcelo Ebrard con la encuesta que le hará ganador. En la elección abierta, López Obrador será el ganador del PT. Dos candidatos de izquierda.
Para ser presidente en este 2012 Enrique Peña tiene que lograr gran acuerdo con Beltrones y no perder el apoyo de Elba Esther. Y mantener cohesionado a todo su equipo.
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