Alharacas, aspavientos y deyecciones conventuales

               Vuelve uno de las vacaciones y en lugar de encontrar al personal con el sosiego del descanso veraniego, se da uno de bruces con un caganer conventual porque le queda poco en el parlamento, con otro que padece ataque de cuernos porque le consultaron después que al partido mayoritario y con Mme. LaFucsia regañándonos a todos porque ella solo tiene un escaño, shame on you, Spain.                La Constitución se va a reformar por el apartado 1 del artículo 167. Ni me imagino adónde habría llegado la escatología de Darth Llamazares Vader caso de que se hubiera hecho por el apartado 2 y tampoco se hubiera dado la palabra a la peña.                Puedo entender que se pida un referéndum para aprobar la reforma. Al fin, a CiU e ERC le serviría la cosa para dar un pasito más hacia su in-indé-independensiá;  a IU le serviría para pedir algo tan actual y urgente como la república y para Mme LaFucsia para solicitar gafas de diseny gratis para las parlamentarias. Seguro que resulta muy importante y necesario pedir hoy un referéndum para ver si queremos monarquía o tirios, troyanos o república, gafas o lentillas o lliga de fumbor catalana. No debo tomármelo a guasa. ¿O sí?                Los dos partidos reformantes representan a 21 millones votantes. ¿Qué tiene que decir Darth Vader? ¿Y Mme. LaFucsia? ¿Y el BNGa y el PNV y CiU y el Partido de los antitaurinos y la asociación de los leprosos zurdos? Pues nada, salvo llorar y enjugar las lágrimas de su insignificancia social y política en el pañuelo turbio de los titulares efímeros.                Todos y cada uno de los disidentes saben que una reforma técnica como esta y en algo tan secundario axiológicamente en la carta magna como el artículo 135 del título VII es difícilmente sometible a referéndum sin manipular al electorado.                Me cuesta creer que Darth Vader entienda los entresijos de las finanzas internacionales ni que sepa cómo se calcula el encaje bancario o como se desarrolla el concepto dinero es deuda. Lo creía bona fide hasta hace una semana, pero que pida un referéndum para la cosa demuestra que no sabe ni de lo que habla. Tampoco parece que Mme. LaFucsia sea capaz de distinguir entre una carta de crédito, un crédito puente, un CDT o un enhanced MBS. Ni siquiera me da que el catedrático (de instituto) en lengua y literatura catalanas Joan Tardá sea capaz de explicar con sensatez las implicaciones de fijar un techo de deuda medio punto arriba o abajo en términos de años venideros o de Valor Actual Neto. Puede que me equivoque y esté malquistando a los próceres del intelecto catalano-eusko-hispano, pero lo cierto es que el planeta entero se halla al borde de una segunda recesión porque el agujero financiero sigue sin taparse y el cabreo contra los mercados (¿?), los intermediarios financieros y los políticos no lo va a llenar debidamente.                Lo que sí entendemos todos es el principio elemental que aplicamos en nuestra vida diaria: no se puede gastar más de lo que se ingresa y exigirlo constitucionalmente a nuestros gestores no es un avance democrático, es una obviedad intelectiva.                Muchos somos los que llevamos 4 años pidiendo un gran acuerdo pp psoe para trazar el camino doloroso que nos saque y aleje de la situación de crisis que padecemos. Se ponen de acuerdo en algo complejo y lo hacen de manera rápida y eficiente –menos eficiencia de la esperada, menos rapidez de la deseable- y entonces aparecen las novias despechadas y los carroñeros al ataque indiscriminado y descalificatorio de la mayoría más cualificada y poderosa que hayamos tenido desde el 6 de diciembre de 1978. Por cierto, conviene recordar que la ERC de Tardá y casi todos los conmilitones de la ¿mancomunidad? que da forma a IU votaron NO en aquel referéndum por lo que hace extrañamente cínico verlos ahora rasgándose las vestiduras.                En fin, volvamos al curso, preparémonos para la recesión que viene –ojalá y no llegue, pero el análisis de los datos USA, UE y Japón no augura mucha felicidad- y pensemos seriamente por qué los únicos que no están en recesión son los chinos residentes en Europa. ¿O quién creen los anti-todo que está comprando las pocas casas y vehículos que se están vendiendo?