El fondo y la forma

Ya han visto como ha salido la Junta de Andalucía y el PSOE e eufóricos después del que el Tribunal Supremo revocara la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) de ordenar al Consejo de Gobierno andaluz la apertura de un expediente sancionador al expresidente andaluz Manuel Chaves en relación con las ayudas recibidas por la empresa Matsa, de la que su hija era apoderada. Más les valdría no echar las campanas al vuelo tan pronto porque las cañas podrían volverse lanzas. De momento, el Supremo no ha entrado en el fondo de la cuestión y la revocación ha sido simplemente por un defecto de forma. El Supremo considera que los recurrentes ante el TSJA (el secretario general del PP de Andalucía, Antonio Sanz Cabello, entre otros) carecen de legitimación para interponer ese recurso y por ello da la razón a la Junta de Andalucía. Es, por lo tanto lógico que el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, después de que Chaves le pidiera que se disculpase por las querellas presentadas por el PP-A por el caso Matsa respondiera que "no voy a pedir perdón al señor Chaves por haber dado subvenciones millonarias a una empresa donde trabajaba su hija ni tampoco porque algunas empresas hayan tenido a algún otro familiar trabajando a comisión. Por esas dos cosas no le voy a pedir perdón". Y es que por más que los tribunales hayan exculpado a Chaves, parece que la gran mayoría de los andaluces tiene bastante claro que el ex presidente de la Junta benefició a la empresa en la que trabaja su hija. La justicia dirá lo que quiera, pero la opinión pública andaluza hace ya bastante tiempo que condenó a Manuel Chaves.