Sí, amadísimos, globalizados, megaletileonorisofiados y catalaneados niños y niñas que me leéis, el nuevo Estatut(o) de por aquí está en marcha. Por eso casi todos se han puesto de acuerdo para crear la Agencia Tributaria Catalana (o sea, la Agència Tributària de Catalunya, como me indica Damián, mi valet de chambre). Tanto los del tripartito como los de Convergència i Unió, se las arreglaron para sacar adelante el organismo encargado de recaudar todos los impuestos que recauda Hacienda en el Principat.
Ya sé que, más allá del Ebro, las campanas tocan a rebato y los de siempre empiezan el coro de lamentos: “¡¡¡España se rompe!!!”, “¡¡Zapatero, España es un coladero!!”, “¡¡¡Los catalanes se lo quieren quedar todo!!!”... En fin, ese tipo de proclamas en defensa de la unidad de los hombres, las tierras y los impuestos de España.
Pero este mediodía en el club, ni siquiera Tato Ganduxer, mi amigo del alma, hoy pasado al bando e los catalanistas, se mostraba eufórico. Es más, el buenazo de Tato (que aún no ha acabado de digerir lo del Real Madrid campeón de Liga) se mostraba casi contrariado. Y no hace falta poseer una gran capacidad deductiva para adivinar el por qué. Si la Generalitat de Catalunya se encarga de recaudar todos los impuestos, incluyendo el IVA y el IRPF, no habrá excusas para que los empresarios, especialmente los más catalanistas, hagan anualmente juegos malabares con sus cuentas fiscales. Nada de ocultar parte de sus beneficios. Si ante la Agencia Tributaria quedaba casi como un acto patriótico, hacerlo ante la Hacienda cuatribarrada queda como fatal de toda fatalidad. Eso en primer lugar. Porque, en segundo término, el hacerse con la recaudación tributaria de los catalanes como que puede dejar sin argumentos, a la hora de la verdad, a los de Esquerra Republicana y a los de CiU. Tendrán que apañarse con los dineros que se recauden cada año. Ni más ni menos, ni menos ni más. Ya no valdrá decir aquello de “Madrit nos escaña –ahoga—financieramente”. Y nada de reclamar por las infraestructuras y por los transportes. Y mucho menos, como hace Carod Rovira cada dos por tres, ponerse a hablar de la deuda histórica. Esa especie de cuentas patrióticas que los independentistas remontan a los tiempos de Indíbil y Mandonio, dos resistentes ilergetes (o sea, de la actual Lleida, cuando ni siquiera era Lérida) que se enfrentaron a las legiones romanas. Ahora, de sacar adelante el invento tributario, tendrán que recaudar y pagarse el gasto público.
Por lo tanto, para 2008, ya os podéis imaginar, pequeñines/as míos/as, una campaña recaudatoria de la Generalitat. “Catalunya som tots” (versión local del “Hacienda somos todos”). “Pagar i callar” (traducción libre del “contribuir da derecho a exigir”) y cosas así, que son las que se les ocurren a los creativos publicitarios. Algo como de acongoje.
Y acongojados estarán los contribuyentes catalanes cuando tengan que hacer su declaración del IRPF en catalán. Que esta es otra. Porque una cosa es hablar –o entender— la lengua catalana. Que quien más, quien menos, se las apaña. Pero, ¿y el tener que interpretar el lenguaje abstruso, profuso, confuso y difuso de la declaración de renta? Si ya cuesta hacerla en castellano, con todo lo de base imponible, rendimientos brutos, rendimientos netos, base liquidable, minoraciones, deducciones, desgravaciones, etcétera... imaginaos lo que será en catalán. Como para que muchos se hagan objetores fiscales.
¿Y qué ocurrirá, por ejemplo, con la asignación tributaria a la Iglesia Católica? ¿El porcentaje recaudado en Cataluña se destinará al Monasterio e Montserrat? ¿O la que vaya destinada a fines sociales? ¿Se empleará en la promoción de los escritores catalanes en la Feria del Libro de Frankfurt?...
Pensad, amadísimos/as de mi paterno corazón, que lo de que la Generalitat de Catalunya se encargue de la recaudación de todos los impuestos y tributos no es precisamente ninguna ganga. Que los nacionalistas de por aquí, a la hora de retratarse ante Hacienda, para soportar el trago, tendrán que decir “Tot per Catalunya”, todo por Cataluña... Y eso siempre cuesta una pasta, aparte de un huevo de la cara y la yema del otro.
Si (
No(
