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Griñán, entre bandoleros y rebeldes

Griñán, entre bandoleros y rebeldes

miércoles 28 de septiembre de 2011, 17:55h
Están de los nervios. Ponen un circo y le crecen los enanos. Sé de buena tinta que el candidato a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pepunto Rubalcaba, anda bastante mosqueado con los socialistas andaluces que no hacen sino ponerle piedras en el engranaje de su ya demasiado deteriorada campaña electoral. Venden que José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía y secretario general del PSOE-A, tiene toda la confianza de Rubalcaba y que por eso ha sido elegido por éste para presidir la Conferencia Política, en detrimento de Manuel Chaves. Ja. Rubalcaba se apoya en Griñán porque no le queda más remedio. Tal y como están las cosas, Andalucía es en estos momentos la única comunidad con peso gobernada por el PSOE y va a ser clave en los resultados del 20-N. Rubalcaba necesita el apoyo del PSOE andaluz para sacar adelante su programa y sabe que Pepe Griñán, pese a no comulgar demasiado con sus ideas, le será un fiel y leal escudero mientras mantenga a raya en Madrid a Chaves. Pero en Andalucía las cosas no están como para tirar cohetes. Cuentan que la Serranía de Ronda era el refugio de buena parte de los bandoleros que dominaban los montes a mediados del siglo XIX. De hecho, además de poseeer un Mueso del Bandolero, son varios los establecimientos que sobrevivien actualmente en la ciudad del tajo haciendole fotos a los turistas disfrazados con la manta, el castoreño y el trabuco. Lo que ignorábamos es que hasta hace poco los sucesores de "Tragabuches", "El Vivillo", "El Tempranillo", "El Pernales", "Pasos Largos" o Diego Corrientes no se escondían en las cuevas de la sierra sino en pleno centro de la ciudad, en el edificio del Ayuntamiento y en lugar de asaltar diligencias y cortijos, recalificaban terrenos. El escándalo del Ayuntamiento de Ronda se veía venir desde hace tiempo y ha estallado en el peor de los momentos posibles. El ex alcalde rondeño, Antonio Marín Lara, que ingresó el el PSOE procedente de las filas andalucistas y que fue desbancado del cargo por la alcaldesa del PP, Maria Paz Fernández, en las últimas elecciones municipales, no contaba ni tan siquiera con la confianza de la Ejecutiva Regional socialista que, finalmente, tuvo que doblegarse y aceptarlo como candidato como mal menor pese a que el propio Manuel Chaves lo había desaconsejado. Como es lógico, al PSOE le ha faltado tiempo para expulsarlo tanto a él como al resto de los imputados, pero el escándalo ha caido como un baño de agua fría en la sevillana sede de San Vicente. No es para menos. Griñán tiene demasiados frentes abiertos como para que comiencen a salirle, como setas en otoño, focos de corruptelas en algunos ayuntamientos que han perdido. Con todo, el lío gordo en Andalucía sigue siendo Cádiz. La Comisión Ejecutiva Regional del PSOE andaluz, ha dado este fin de semana el visto bueno a las candidaturas al Congreso y Senado que cocurrirán a las elecciones generales del 20-N. A todas, menos a la de Cádiz que encabezó hace tres años nada más y nada menos que Alfredo Pérez Rubalcaba, y que ahora lleva como número uno al vicepresidente del Gobierno, ex presidente de la Junta y presidente del PSOE, Manuel Chaves. En ella, la Ejecutiva socialista gaditana había incluído como número tres a su secretario general y alcalde de Benalup-Casas Viejas, Francisco González Cabaña. Cabaña es la bestia negra de Griñán a quien se enfrentó en el Congreso Extraordinario rechazando integrarse en la nueva Ejecutiva Regional por el desplante hecho al hasta entonces vicesecretario general del PSOE-A, Luis Pizarro. Desde entonces el conflicto no ha hecho más que enconarse y la inclusión de Cabaña en la candidatura que encabeza Chaves, pese al compromiso del presidente de la Junta de no incluir alcaldes en las listas, es un pulso en toda regla a Griñán que tendrá que dilucidar Ferraz. Ahí será clave la postura tanto de Manuel Chaves, presidente del partido, como de Gaspar Zarrías, secretario de Política Autonómica, ambos muy ligados a Pizarro. Lo lógico es que, si le obligan, Cabaña dimita como alcalde. El caso es que el llamado "Clan de Alcalá" (Perales, Pizarro, Cabaña, Aído) que siempre ha dominado el PSOE gaditano lucha su última batalla por la supervivencia en el seno del socialismo andaluz. Tiene muchas posibilidades de perderla, pero con ellos, el PSOE perdería uno de los bastiones más activos. Quizás sea éste el mejor momento para todos de aplicar el dicho de que "una retirada a tiempo es una victoria". Si las encuestas se cumplen el próximo 20 de noviembre, a muchos les gustaría estar apartado lo máximo posible del campo de batalla.
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