“La Reforma Agraria de 1953 ha fracasado porque aún hay latifundio en el oriente”, afirmó el Jefe de Estado ante miles de campesinos que se dieron cita en la localidad de Ucureña, donde el 2 de agosto de 1953 se inició un proceso agrario que llegó a su fin ayer, con la nueva política de tierras que desarrolla la actual administración del Estado.
Con la aprobación del Reglamento Agrario se establece el control social efectivo en todos los procedimientos agrarios, con normas claras establecidas en la ley.
Transparencia y eficacia en el proceso agrario en general y del proceso de saneamiento de tierras en particular, junto al control social, son los pilares del Reglamento Agrario.
El control social manda a que todas las organizaciones agrarias a nivel departamental, como las federaciones de campesinos, las centrales indígenas y las federaciones de mujeres campesinas, tienen el derecho de nombrar sus representantes en todos los procesos de saneamiento y de reversión de tierras.
Con este reglamento, el proceso de saneamiento de tierras durará entre cuatro a seis meses, porque se implementará un procedimiento abreviado y ágil, que se ejecutará directamente en el área rural.
La norma asegura y garantiza el saneamiento interno, considerado como una conquista del movimiento campesino y colonizador.
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