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OPINIÓN/Víctor Gijón

Gobierno, oposición y alguna serpiente de verano

Gobierno, oposición y alguna serpiente de verano

lunes 06 de agosto de 2007, 15:53h
Poco a poco se va completando el organigrama de altos cargos del Gobierno regional. Sin sorpresas. La oposición, mientras tanto, vela armas en silencio. No obstante, algunos de sus representantes nacionales han salido de las catacumbas y dejan ver palmito en actos instituciones u obtienen cargos que les aseguran el futuro.
No falta en este ferroagosto el institucional artículo de Guillermo de la Dehesa, aunque sí hay ausencia de serpientes polémicas de verano: la de las banderas no cuajó y la del Día de Cantabria está por ver si arranca.

Me inclino por una crónica política modelo cóctel, mezcla de diversas cuestiones de relevancia limitada tomadas de una en una pero que adecuadamente combinadas salvará, eso espero, un ‘Con firma’ obligadamente veraniego. La política regional dormita cansina después de los esfuerzos electorales de mayo. También puede interpretarse como la calma chicha que precede a la tempestad o el resultado de actitudes previsoras. Un acopio de fuerzas para lo que se nos viene encima: la campaña para los comicios de marzo próximo y que, con toda seguridad, arrancará sin demora al regreso de las vacaciones estivales.

Empezando por el principio constatamos la falta de sorpresas en el nombramiento de altos cargos del Gobierno regional. No hay demasiadas novedades y las que se han producido, que alguna hay, merecen que se les de los cien días de cortesía antes de analizar si fue o no acertada su elección. El currículo de algunos no deja mucho lugar a las dudas, ya que bien por experiencia o formación, o por ambas cosas a la vez, el éxito en la tarea que les ha sido encomendada tiene muchas posibilidades de concluir con éxito. Dos nombres propios, sin menoscaba de ninguno de los otros nombrados, llaman mi atención: el de José Luís Marcos, nuevo secretario general para la vicepresidencia y consejería de Empleo y Bienestar Social, y el de Pedro Gómez Portilla, como Director General de Urbanismo en la superconsejería que dirige José María Mazón.

En cuanto al silencio de la oposición ignoro si es por estrategia o porque no tienen nada que decir. Hay que precisar, no obstante, que es un silencio que van por barrios. Punto en boca en la política regional, donde Ignacio Diego se desdibuja como líder del PP a cada día que pasa, y punto y seguido, pero con un estilo claramente diferente, del que se ha convertido en poco meses en el referente interno y externo del conglomerado conservador: el alcalde de Santander. Iñigo de la Serna parece haber asumido la responsabilidad de encabezar la oposición, aunque con un talante tan distinto de la chulería bravucona de su predecesor que tal parece que más que oponerse lo que hace es brindar su colaboración. Pero no nos engañemos. De la Serna sacará las uñas cuando lo considere oportuno y la estrategia o la táctica puntual de su partido lo demande.

Algo está cambiado, no obstante, en el seno del PP cántabro. Puede que sólo en las formas, pero se nota. De la Serna parece haber interiorizado un argumento con el que el presidente Miguel Ángel Revilla explica cómo, siendo como es el PRC un partido bisagra, actualmente sólo puede contemplar acuerdos con los socialistas. Dice Revilla que es cuestión de mantener una relación donde la crítica se haga con respeto a la persona y no con descalificaciones. Para el presidente regional Diego no actúa con respeto ni se ha hecho merecedor de su consideración. De la Serna sí, y en pocos meses. El encuentro de esta semana, aunque subsisten diferencias sustanciales, alguna explicadas a la salida de la reunión y otro silenciadas por oportunidad, no tuvo nada que ver con los protagonizados, dos en cuatro años, en la pasada legislatura, cuado Gonzalo Piñeiro

Diego, les decía, aparece cada día que pasa mas arrinconado en la política regional. Quizás por ello se venía especulando, desde casi la misma noche electoral en que se esfumó su sueño de una mayoría absoluta, con su marcha a la política nacional. Hay precedentes. Hace cuatros años el candidato popular, José Joaquín Martínez Sieso, recibió como premio a su perdida de la presidencia un acta en el Congreso de los Diputados. ¿Es posible que Diego siga el mismo camino? Pues eso es lo que parecía, aunque en las últimas horas han surgido ciertas dudas. Sobre todo después del ascenso de Martínez Sieso, designado por el PP para ocupar la vicepresidencia tercera del Congreso de los Diputados, vacante tras la muerte de Gabriel Cisneros. Tampoco parece casual la reaparición del número dos del Congreso por el PP, José Maria Lasalle, presente en actos institucionales regionales tras casi cuatro años de absentismo.

Una presencia institucional que no falta es la de Guillermo de la Dehesa y su análisis de coyuntura en un diario local. Todos los veranos el ex alto cargo en gobiernos del PSOE y actual consejero del Santander publica un artículo en el que valora la marcha de la economía regional. Su opinión, en un campo donde las percepciones terminan siendo realidades, pero donde resulta harto complicado que algunas realidades sean percibidas por los ciudadanos, tiene bastante peso. Crea opinión y ya se sabe que muchos buenos negocios se hacen sobre la base de lo que se cree que es y no de lo que es. Cuando realidad y percepción caminan en la misma dirección no hay fallo posible.

De la Dehesa considera que la apuesta del Gobierno regional por recuperar el espíritu industrial de Cantabria es una opción correcta, difícil de lograr, pero que merece la pena que se intente. No será, no puede ser, una industria clásica, ni habrá proceso fabriles con miles de empleos. Esa tipo de actividad empresarial tiene otros escenarios posibles: países en vías de desarrollo que ofrecen una mano de obra mucho más barata. El Primer Mundo apuesta por la tecnología, por la investigación para el desarrollo y por la innovación. Es el papel que nos toca jugar en el proceso productivo mundial. Si una parte de esa tarta la podemos administrar desde Cantabria el futuro está asegurado.

En ese sentido hay propuestas que el Gobierno regional necesita concretar de inmediata. Por ejemplo, el compromiso del actual Ejecutivo para invertir el 2,5% del Producto Interior Bruto en I+D+I, cuya implementación parece estar entre las prioridades de Javier del Olmo, el nuevo consejero de Industria. Junto a esto hay dos asuntos pendientes con especial protagonismo a la hora de caminar en la buena dirección. La puesta en marcha del Campus Comillas, donde lo cultural y lo económico entroncan perfectamente, y delimitar con visión amplia, sin las obligaciones y urgencias de celebraciones puntuales, por donde queremos que camine nuestro sector turístico: puertos deportivos, golf, naturaleza…. Una análisis donde ya se avanzó bastante en la anterior etapa de Javier López Marcano al frente de la consejería del ramo.

En el debate de esos pormenores, con importante proyección y futuro, es donde deberíamos gastar nuestros esfuerzos tanto en lo practico como en los teórico. En esos u otros, pero en ningún caso en asuntos de banderías y banderas. Fijar una fiesta regional única y oficial, aún siendo tema de relevancia secundaria, si merecería, por el contrario, abrir un debate. Porque para hacer región los sentimientos cuentan y estos se alimentan muchas veces de fechas señaladas. Son asuntos que en una región como la nuestra no hacen daño a nadie porque no van contra nadie y sí a favor de reafirmar nuestro pequeño orgullo patrio. Principio que a veces es necesario para acometer empresas de mayor calado.
era el alcalde de la capital de Cantabria.
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