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Sebastián Bowen

La solidaridad, hija de la justicia

La solidaridad, hija de la justicia

lunes 11 de diciembre de 2006, 02:15h
Por Sebastián Bowen
Director Social Un Techo Para Chile   
Este 1 y 2 de diciembre fue la Teletón en Chile, campaña comunicacionalmente fuerte que obtiene espacios impensados en nuestra sociedad enarbolando la bandera de la solidaridad.

Esta bandera, es una bandera con la cual a menudo nos sentimos identificados como chilenos. ¡Los chilenos somos solidarios!, decimos con gran orgullo refiriéndonos a las múltiples “fundaciones solidarias”, campañas de solidaridad y a las reacciones que tenemos como país ante múltiples catástrofes, sobre todo las naturales. Sin embargo, he podido observar en distintas conversaciones con universitarios y con pobladores de campamentos en Chile, cómo hemos ido acomodando la concepción de solidaridad hacia lo que nosotros queremos que sea la solidaridad, y quizás, hacia lo que nos signifique el menor trabajo posible como sociedad.

La solidaridad comúnmente en Chile hoy la asociamos con las obras de beneficencia, creemos que es similar a la caridad al creer que es producto de un acto gratuito, la asociamos con las colectas, con las monedas que nos sobran, con lo que se encuentra fuera de nuestro trabajo cotidiano, con ayudar cuando se nos muestra la tragedia, o aportar con lo que tengo al alcance de mi mano para que alguien haga una “buena acción” en el país.

La solidaridad se ve como algo positivo, que es bueno que exista, pero no es necesario, y es ineficaz para impactar en las estructuras sociales que en Chile generan y reproducen la desigualdad que las cifras constantemente están avalando y de las cuales todos hablamos preciosamente, sobre todo en tiempos de campaña política.

Entonces me pregunto, ¿es exactamente éste el concepto de solidaridad que debemos tener?, ¿a esto se refiere el origen de la palabra solidaridad?, ¿a esto se refería Alberto Hurtado, ícono chileno de la solidaridad,  cuando hablaba de esta palabra?

Me sorprendí hace poco cuando me di cuenta que la palabra solidaridad tiene su raíz en la palabra latín “solidus”, que significa algo sólido, unido e integrado. Y éste es el verdadero sentido de la solidaridad, la integración, la cohesión que nos hace ser parte de una comunidad sólida.

Las distintas ciencias así también lo avalan, cuando en ingeniería se habla de una “estructura solidaria”, se habla de una viga o una columna que al moverse genera un cambio en todas las que se encuentran ligadas a ella. Y, así mismo, cuando sociológicamente en la literatura se habla de solidaridad, se habla refiriéndose a las formas que tienen las distintas sociedades de integrarse.

Solidaridad es integración, es concebir cuáles son las consecuencias de mis actos en el resto y de qué forma puedo hacer que todos estemos mejor, por ello, es más bien hija de la justicia y pariente lejano de la caridad. La solidaridad no es la mera beneficencia voluntaria, es una forma, una vía, un medio claro, definido y concreto para llegar a una sociedad justa y equitativa. Se aleja de las monedas que nos sobran, pues apela a juntar todas nuestras monedas, sin importar quien tenga más ni menos, pero convencidos que así, al largo plazo, todos tendremos más.

La solidaridad es un actitud que debemos tomar como sociedad y no se entiende sólo en el tiempo libre, sino que en nuestra cotidianidad, en nuestra forma de comprender que vivimos con otros que son parte de nuestro mismo país y debo estar dispuesto a entregar lo mío para que ninguna persona quede relegada de nuestro crecimiento, situación que sucede con más de 25.000 familias en los campamentos de nuestro país.

Alberto Hurtado decía que la Solidaridad era la sangre que corría por las venas del cuerpo Místico de Cristo, y cuando hablaba del cuerpo místico de Cristo, se refería finalmente a toda la sociedad. Por ello, la solidaridad, desde esta perspectiva, es lo que permite que vivamos en sociedad, es la forma en que nos podemos integrar y unir.

No permitamos, todos en conjunto, que se nos vaya olvidando la verdadera concepción de solidaridad. No la releguemos tan solo al plano de lo simplemente caritativo y bondadoso. La solidaridad debiera ser una forma de vivir en sociedad y cada uno en la sociedad.
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