OPINIÓN/Víctor Gijón
viernes 24 de agosto de 2007, 16:08h
La política con minúsculas suele estar trufada de ocurrencias. Donde debía haber planes, proyectos y medidas concretas, aparecen improvisaciones, ideas sin meditar que sólo buscan titulares en los medios de comunicación.
La ocurrencia del nuevo equipo del PP en el Ayuntamiento de Santander para el Mercado de México dilapida una inversión de fondos europeos prevista en origen para mejorar el tejido económico y la situación de zonas urbanas con graves carencias. La ligereza con la que las autoridades municipales conservadores manejan los fondos públicos parece no tener fin.
Y mientras tanto, la oposición municipal, socialista y regionalista, tan activa en pedir encuestas y evaluaciones o en analizar actitudes y conductas, nada tiene que decir sobre el mal uso de los dineros públicos, que, en definitiva, son nuestro dineros. PSOE y PRC parecen haber caído deslumbrados ante la nueva estrella del firmamento popular: el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna. Incluso van más allá de los compañeros de partido del primer edil, que es contemplado con recelo y al que en privado, aún reconociéndole lo bien que da de imagen, le critican por su inconsistencia política.
Valoraciones telegénicas aparte, el nuevo alcalde de Santander sólo ha demostrado una cosa: que tiene la educación que le faltaba a su predecesor. Ese cambio cualitativo ha sido suficiente para desbloquear asuntos que la chulería y prepotencia del ex alcalde Gonzalo Piñeiro había enquistado. Pero no hay diferencias políticas importantes entre la anterior y la presente etapa del PP en el Ayuntamiento de Santander.
Tomemos el ejemplo citado al inicio de este artículo. De la Serna pretende tirar a la basura la millonaria inversión realizada hace poco menos de ocho años en el Mercado de México para la creación de un centro de empresas. Y Piñeiro tiró a la basura la inversión millonaria de su predecesor, Manuel Huerta, también del PP, en la construcción del Mercado de México para que funcionara únicamente como mercado de abastos. Tres alcaldes, tres proyectos y varios cientos de millones de dinero público dilapidado por el camino. Por ocurrencias, pero no sin un objetivo a medio plazo.
En el proyecto que el PP quiere llevar a cabo ahora en el mercado citado, con la construcción de un centro de ocio que albergue cines, restaurantes, tiendas, etcétera, subyace la posibilidad de un negocio privado. Y si no me creen recuerden que en el Mercado del Este se enterraron cientos de millones para construir un gigante toma copas donde empresas privadas, regentadas por conocidos del anterior alcalde santanderino, hacen negocio aprovechándose de una inversión hecha con dinero público.