El largo período de fermentación social fue para América "el Coloniaje", provocó una serie de movimientos decisorios para el futuro de la región y de la patria.
Este fenómeno unido a la situación reinante en España, permitió organizar movimientos cuyo resultado final fue la emancipación del continente.
Guayaquil y su provincia estaban dentro de las regiones más ricas y estratégicas mejor situadas en América, razón por la cual era mayor objeto de abusos de la Corona.
Esa situación no podía mantenerse, ya que algunos hijos de esta tierra, tales como el Coronel Bejarano, Vicente Rocafuerte y José de Antepara, ya estaban relacionados con movimientos libertarios, lo que permitiría no sólo una mayor difusión ideológica, sino también la alimentación de expectativas entre sus simpatizantes, siempre a la espera de la primera oportunidad que permitiera cambiar el sistema establecido.
Y esa oportunidad llegó, con el arribo de tres hombres, sí, tres idealistas rebeldes, venezolanos de nacimiento que, expulsados de sus regimientos en Lima, se dirigen a su tierra natal haciendo una providencial escala en Guayaquil.