¿Sobran políticos en España?

Por lo menos, es deseable que el tiempo de campaña se emplee para el debate de grandes cuestiones, y parece que así viene sucediendo esta vez, posiblemente ya entrados en materia  por virtud de los "indignados", una especie de "revolucionarios con moderación". En estos últimos tiempos se ponen sobre la mesa cuestiones de gran envergadura, que muchos dudamos que puedan llegar a algo más que globos sonda... Por ejemplo, la idea que ya apuntó el pasado jueves Mariano Rajoy y que ahora ha concretado algo más Esteban González Pons, ya acostumbrado a que su partido le desdiga o le matice sus ocurrencias. Pons  ha planteado cifras concretas sobre un eventual recorte en el número de diputados del Congreso.

Y no, precisamente, del Congreso que se elegirá el mes que viene, sino "el de los tiempos futuros"... En efecto, el vicesecretario de Comunicación del PP ha abogado por reducir "drásticamente" el número de políticos en la Administración y por aligerar la composición del Congreso, en donde podría haber, según sus particulares apreciaciones, hasta 50 diputados menos. ¿Y por qué no proceder, de una vez, a la extinción de la otra Cámara, el Senado, o su reducción a una mucho más estricta representación de los territorios autonómicos?. ¿O ya puestos a reducir sueldos y cargos oficiales, ¿por qué mantener 17 parlamentos regionales, cuando acaso podrían bastar unos entes efectivos con la cuarta parte de sus escaños actuales?...

Lo cierto es que el PP insiste en su idea de aligerar "drásticamente" el número de políticos que figuran tanto en las administraciones del Estado como en las Cámaras de representación. Con lo que se abre un debate infinito, y extensible a casi todos los ámbitos de la vida pública. ¿Y las Diputaciones provinciales, cuya extinción reclamó Rubalcaba?  ¿Y los representantes sindicales en las Cajas de Ahorros?. ¿Y los Consejos económicos y sociales habitualmente a disposición de quien los designa? Decíamos que la cuestión que ahora ha planteado Pons tiene relación con lo que ya manifestó el líder del PP antes del comienzo de la Convención de Málaga, cuando aseveró que los conservadores debatirían la reducción del número de diputados, de senadores, de concejales y de parlamentarios autonómicos. Hasta este lunes nadie había concretado más dicha propuesta. Y, desde luego, la propia convención malagueña estuvo lejos de aportar alguna mayor concreción" al probable "globo"...

Pons argumenta ahora, al replatear la cuestión, que, a su juicio, uno de los "sacrificios" que tendrá que asumir la ciudadanía será el adelgazamiento de la administración, pero, añade más osadamente, no porque sobren funcionarios, sino porque "sobran los políticos". Y, además, emplea otro argumento "delicado":  en su opinión, esos excesivos políticos en la administración desempeñan funciones que perfectamente  podrían ejecutar los funcionarios.

Cuando se detiene a prever ese eventual ajuste drástico, dice Pons que podría rebajarse el número de los actuales 350 diputados hasta los 300. Probablemente muchas provincias se quedarían sin un solo representante, por más que la medida no atentaría contra la Constitución, ya que en ella se contempla una  horquilla, en la que podría moverse el número de diputados, de entre 300 y 400. Otro delicado argumento de Pons:  "España en la actualidad, proclama Pons, es una piedra que cae rodando, que hay que detener y que hay que volver a subir". "Un país que se hunde hay que reconstruirlo, y eso requiere la generosidad y el esfuerzo de todos", apostilla.

Y completa su particular lógica: Para cumplir este objetivo, dice, la prioridad irrenunciable es crear puestos de trabajo, ya que así se ahorrará en prestaciones por desempleo, y posteriormente atajar el problema de la deuda soberana, que en España, al ser de mayor riesgo en comparación con el bono alemán a 10 años, supone que se gaste mucho dinero en sus intereses. Pons, en fin, para terminar de mezclar y confundirlo todo, reclama que al Gobierno "no le queda más remedio" que convocar un Consejo de Política Fiscal y Financiera, o reunión de presidentes autonómicos, y actualizar las previsiones presupuestarias, sobre todo las de los ingresos en las comunidades autónomas. ¿Quiere que Zapatero y Salgado aporten fórmulas, a estas alturas,  para un Consejo de mayoría y de obediencia a Rajoy, cuando las CCAA del PP ya despreciaron esos remedios hace un par de años?

Es bueno lanzar ideas e iniciativas. El movimiento del 15-M produjo cantidad... Pero se requiere unas mínimas dosis de coherencia y utilidad práctica. No conviene enderezar la edificio de la democracia con el "bello" eslogan de que "no nos representan, que no".