La otra cara de la fiesta nacional

Zapatero se protege con la figura del Rey

De pronto, el presidente del Gobierno salió de detrás e una tribuna cuando llegó el Rey. Se diría que el presidente estaba preocupado ante posibles abucheos. Los tuvo, pero más procedentes de las tribunas de invitados que de la gente concentrada en el Paseo de la Castellana. Y TVE dio la sensación, un año más, de que el abucheo era compartido por el presidente del Gobierno y el Rey.

 
No hubo quema de fotos del Monarca

Aunque todos se temían lo peor, porque hubo convocatorias por SMS en la jornada de la Fiesta Nacional no hubo quemas de retratos del Monarca. Ni algaradas callejeras. Las protestas antigubernamentales parecieron, según diversos asistentes, menores que el año pasado.

 
Un buen relator

El desfile tuvo este año un relator de campanillas: el director de la agencia Europa Press Angel Expósito. Suya era la voz que iba explicando paso a paso el desfile. Una voz inconfundible para los que asisten a los multitudinarios desayunos políico-empresariales-periodísticos que organiza esta agencia informativa, que suele  moderar el propio Expósito, uno de los periodistas que está más de moda en estos días de agitación mediática.

 
Recepción: nómina de ausentes

Echamos de menos a la ministra de Vivienda y a su compañero, el superasesor de Zapatero. Y a algún otro flamante miembro del elenco gubernamental, si bien lo cierto es que había muchos ministros departiendo con unos y con otros. No vimos tampoco a los principales directores de periódicos –su ausencia viene siendo habitual--, aunque sí estaban los rectores del novísimo ‘Público’, Ignacio Escolar y Juan Pedro Valentín.  Ni vimos a los ex presidentes de Gobierno: ni González, ni Aznar, ni –lo que es más raro—Calvo Sotelo andaban por los abigarrados salones del Palacio de Oriente. Sí muchos militares, magistrados y periodistas. Por cierto, los periodistas que eran invitados –responsables de los medios de comunicación, o directores de programas radiofónicos—no se mezclaron los que habían ido allí ‘a trabajar’: tanto Zapatero como Rajoy acudieron a un salón anejo –el de alabarderos—para protagonizar sendos ‘corrillos’ con los chicos de la prensa. Pero los Carlos Herrera, los Del Olmo, los Luis Fernández, no estuvieron en esos siempre apetitosos informativamente corrillos.

¿Estaba el director del Centro Nacional de Inteligencia? Vimos a Rubalcaba, al ministro de Defensa, a Mesquida…pero no vimos a Alberto Sáiz. Que no debe de andar para muchos contactos ni para muchas explicaciones.