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No hay quinta (reforma) mala

No hay quinta (reforma) mala

lunes 14 de mayo de 2012, 13:41h
Llevamos cuatro reformas financieras desde que comenzó la crisis y es seguro que viviremos una quinta con nuevas nacionalizaciones o fusiones entre los bancos

Si hacemos caso al origen taurino de la frase, la quinta reforma financiera -que llegará antes de que termine este año con toda seguridad- será, al igual que se pensaba que ocurría con los morlacos, la mejor, la más completa, tal vez la última, la que de verdad están esperando las tres grandes entidades de nuestro país para ocupar más espacio en la economía y convertirse, de verdad, en los gigantes europeos a que ellos aspiran y que tanto temor causan entre sus colegas y adversarios de la Unión.

De las 45 Cajas de ahorro que existían hace apenas cinco años no va a quedar ninguna. Las que sobrevivan tendrán que cambiar su estatus y salvo Caixabank - que es la medalla de bronce de nuestro sistema financiero - el resto sabe que lo tiene más que difícil, por no decir que imposible tras las nuevas normas que nos han impuesto desde Bruselas y desde el Fondo Monetario Internacional. En Unicaja e Ibercaja, por hablar de las dos más grandes que quedan por libre, hay dos buenos gestores, como son Braulio Medel y Amado Franco, pero lo que no les han dejado que hagan, crecer con fusiones y adquisiciones más pequeñas, no se lo van a dejar hacer ahora, por mucha prórroga de 30 días que les den.

Las condiciones de solvencia, junto a las nuevas provisiones sobre los créditos al sector inmobiliario, harán que tengan que recurrir a los fondos de ayuda, y eso les llevará a tener que elegir entre la "nacionalización" o la fusión con alguno de los grandes.

¿Qué va a quedar en pie del sistema financiero español dentro de un año? Pues es fácil de describir: Menos de diez entidades ( posiblemente seis o siete ) que serán las que muevan para bien o para mal la economía del país:

Santander, BBVA, Caixabank, Popular, Sabadell...y las dos o tres que pueden articularse con la suma de Unicaja, Ibercaja, Kutxa, Liberbank, CaixaGalicia...Bankia. Algunas de las uniones son previsibles, pero pueden producirse sorpresas entre los grandes. Creo que tanto Emilio Botín, como Francisco González o Isidre Fainé tienen en su mesa planes de crecimiento que pasan por que, antes, desde el Gobierno o el estado les limpien el terreno. Y en eso están, y en eso estamos.

Es, más que curioso, notable, que la primera intervención del Banco de España en el mundo de las Cajas y de los bancos fuera la de la Caja de Castilla la Mancha, y que se hablara de la necesidad de "meter" mil millones en su saneamiento antes de que pasara a engrosar lo que hoy es Liberbank.

Hoy como ayer sabemos que había otras Cajas con mayores problemas, que éstos se han multiplicado sin que el Banco de España tomara medidas similares, ni con la entidad, ni con los gestores, y que aquellos pretendidos mil millones se han quedado muy, muy pequeños.

Sería deseable que la nueva Bankia sobreviva al tsunami que la ha llevado a la nacionalización parcial de su matriz; sería deseable que con  Ibercaja y Unicaja como líderes se creara otro gran grupo con capacidad para sobrevivir; sería deseable que desde Popular y Sabadell nacieran otras dos plataformas con capacidad competitiva en el nuevo entorno europeo; pero... todos esos deseos están ya chocando con el entreguismo del Gobierno a las autoridades financieras internacionales como son el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario, que no se fían de España en general, ni del Ejecutivo, ni del banco de España, ni de nuestras entidades, ni de nuestras empresas...hasta el punto de imponernos unas auditorias externas y supuestamente independientes ( ya se llamen Oliver Wyman o Ernest & Young ) para que les digan lo mismo que aquí ya sabemos: que los tóxicos del sistema están ligados al " ladrillo", el mismo sector del que se sacaban suculentos beneficios durante una década.

No habrá "banco malo", pero sí sociedades malas. Da igual: de los 300.000 millones de euros que andan dando vueltas dentro y fuera de los bancos, la mitad más o menos tendrá una salida a lo largo de los próximos meses y años, con rebajas importantes, pero salidas al fin y al cabo. Lo que no tiene, ni va a tener salida dentro de los próximos 25 años ( por lo menos) es el suelo rústico que aparece en los balances de bancos y promotoras. Millones de metros cuadrados en los que se iban a levantar lujosos complejos de viviendas, hoteles y campos de golfo que se han quedado para criar conejos o perdices en el mejor de los casos.

Da la impresión viendo las medidas y más medidas que se suceden en estos años de la crisis que ni las Administraciones, ni las entidades financieras, ni las empresas han aprendido, y menos aceptado que esta situación es nueva, que no tiene nada que ver con las anteriores crisis, y que los viejos remedios no sirven. Para que desaparezcan de verdad los tóxicos de los balances no basta con las provisiones, ni con las sociedades "malas", ni con las "obligaciones" de fusionarse que se impongan a la banca. Se asegura que así circulará el crédito y con él, llegará la reactivación. Es una nueva mentira con la que ir tirando, con la que intentar tranquilizar a los ciudadanos y darles una esperanza. Una suerte de huida hacia adelante del optimismo que necesita una sociedad para sobrevivir y no derrumbarse entre las ruinas del edificio que ha construido.

Dicen las estadísticas que en los últimos cinco años la diferencia entre ricos y pobres se ha hecho más grande; que la diferencia entre los trabajadores y los ejecutivos se ha hecho más grande; que las injusticias se han hecho más grandes...Se trata de eso, de reparto de la riqueza, algo tan viejo y tan actual.
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