La hora de la verdad

Quién o quiénes son los culpable del fiasco de Bankia? La respuesta la tendremos en cuanto el juez Andreu de la Audiencia Nacional concluya la investigación que se dispone a comenzar sentando en el banquillo de los acusados a los últimos gestores de la entidad, entre ellos destacados representantes de partidos políticos, sindicatos e incluso de la patronal, aunque, sin duda, el personaje más destacado es Rodrigo Rato, exministro y exdirector del Fondo Monetario Internacional.
   
El proceso puesto en marcha por la Audiencia Nacional es fruto de la denuncia presentada por UPyD, el partido de Rosa Díez. De manera que esta se ha apuntado un buen tanto que difícilmente le van a perdonar populares, socialistas y sindicatos. Y es que el quid de la cuestión no es otro que durante las últimas décadas las cajas se han convertido en un instrumento al servicio de los intereses de los gobernantes de las comunidades autónomas desnaturalizándose la función para las que en su día fueron concebidas.
   
En realidad, en el banquillo no se van a sentar los últimos responsables de las cajas sino sus representantes, muchos de ellos sin la más mínima cualificación para ser consejero de una entidad financiera. Eso sí, durante años, los gestores y consejeros de las cajas han cobrado sueldos astronómicos y se han beneficiado de "bonus" y planes de pensiones que ya los querríamos el resto de los mortales.
   
Siendo Bankia como es por su tamaño y volumen de negocio una de las entidades financieras más importantes de España es obvio que nuestro sistema financiero está sufriendo las consecuencias de su mala gestión.
   
De toda esta crisis sería deseable que los partidos políticos sacaran alguna conclusión, por ejemplo que vuelvan a convertir las cajas en lo que eran antes de convertirlas en un instrumento más de quienes ostentan el poder autonómico en cada comunidad. También sería deseable que la gestión de las cajas esté en manos de profesionales, es decir, que en sus Consejos se sienten realmente expertos en finanzas, economía y banca, porque es evidente que una persona que no tenga unos conocimientos específicos difícilmente puede ejercer honradamente de consejero.
   
Desde luego, que el asunto esté en la Audiencia Nacional es un motivo de preocupación para los partidos políticos y sindicatos que amén de recordarnos a todos que hay que respetar la presunción de inocencia ¡faltaría más! tendrán que dar cuentas a los ciudadanos de lo que de verdad han hecho y dejado de hacer en las cajas.
   
Además de la investigación de la Audiencia Nacional, el Parlamento debería de poner en marcha una comisión de investigación parlamentaria al menos para llegar a unas cuantas conclusiones sobre lo que se ha hecho mal y cómo encarar el futuro.
   
En cualquier caso, que Bankia haya entrado en la Audiencia Nacional es la garantía de que el común de los mortales conozcamos la verdad y sobre todo no se vayan de rositas los autores directos del desastre, aunque, ya digo, no todos los responsables se sentarán en el banquillo.