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La soga en casa del ahorcado

La soga en casa del ahorcado

miércoles 20 de febrero de 2013, 20:24h
"¡Bien, Mariano, eres un crack!" El entusiasmo será desmedido por parte de Oli Rhen ¿nos vamos a enfadar ahora por seis décimas más de déficit  del comprometido si el año anterior se pasaron dos puntos? Menos alborozo mostrará el siempre comedido y casi clandestino, en sus visitas parlamentarias, Mario Draghi, pero contento si que habrá quedado. Y también, aunque con algún reproche que otro, Cristine Lagarde. El alumno ha salido aventajado porque ha intentado  cumplir con aplicación  los deberes que le impuso la troika.  

Pero es una audiencia entregada. Se lamenta el  presidente que lo que ven tan bien fuera  no se reconoce de puertas adentro: pocos son los satisfechos con estos catorce meses de Gobierno popular y su titánica trayectoria de recortes  y reformas. Aunque lo admitió a su manera:" no diré que lo haya entendido todo el mundo". También es consciente Rajoy de que muy pocos le van a comprar, ni siquiera entre sus votantes, esa teoría de que "he incumplido mis promesas pero he cumplido mi deber". Ahí ha entrado a saco Alfredo Pérez Rubalcaba. "Por  qué no vuelve usted a los comedores sociales que visitaba  cuando era líder de la oposición?", le ha invitado malicioso. Es seguro que  los responsables de tan solicitados centros de asistencia habrán evitado poner la tele durante todo el día en la 2 o en el canal 24 horas. Allí no habría elogios sino abucheos estruendosos al autocomplaciente balance de gestión desplegado por el presidente del Gobierno. En el colmo de lo desafortunado, por cierto, esa frase de " el dogal que con tanta fuerza atenazaba... ha dejado de estrangularnos"( se refería a la economía)  del discurso presidencial. Ese dogal sigue al cuello y cada vez más marcado no sólo entre quienes buscan sopa gratis en esos centros, también en los que acuden a la familia para poder comer o a los cubos de basura en busca de sobras (uno de cada cinco españoles está bajo el umbral de la pobreza). Por no hablar de los desdichados que cerraron voluntariamente ese siniestro dogal hasta estrangularse por no poder soportar un desahucio. Pésimo ejemplo el del discurso presidencial que ha dejado pasar Jorge Moragas, su jefe de gabinete. 

Eso es mentar la soga en casa del ahorcado. Les va a saber muy mal también a la víctimas de los eres, a los parados todos, a los contratados basura o los trabajadores con sus derechos tirados al contenedor... No, no se puede pretender salir victorioso de un debate como éste solo con las aparentes mejoras macroeconomicas y los beneplácitos de los colegas europeos en el año en el que acumulamos la mayor cifra de desempleados, el punto mas alto del paro juvenil, uno de los mayores descensos de los cotizantes a la Seguridad Social, la cifra mayor de familias sin ingresos de ningún tipo, altísimos montantes de empresas quebradas, el aumento de la desigualdad y los mayos recortes conocido del  estado de bienestar. España va peor que cuando el PP ganó las elecciones y esa situación no hay quien la maquille con autos de fé sobre un hipotético futuro mejor. Hay demasiada gente que se está quedando en la cuneta y cada vez más desasistida. El triángulo maldito formado por el paro, la pobreza y la desigualdad cada vez se hace más grande como advierte Rubalcaba. El problema es que sí no es creíble el mensaje de Rajoy de que hemos sacado la cabeza del agua tampoco lo son demasiado las críticas o las propuestas del líder de la oposición. Ahí sí que estuvo demoledor Rajoy: " usted, señor Rubalcaba, tiene una historia; cuando gobernaba hizo cuando  lo contrario de lo que ahora propone o exige sobre desahucios, pensiones, funcionarios, ..."

Lamentablemente ninguno de los dos líderes es creíble en sus propuestas o proyectos para sacar al país del atolladero. Tras este debate no va a aumentar la confianza de los ciudadanos en Sus políticos. Ni siquiera en la disposición de los dos, y de los demás responsables del resto de los partidos políticos, en abordar nuevas medidas anticorrupción. Mal asunto cuando las dos personas que deben sellar el pacto se piden mutuamente la dimisión. Aunque Rajoy, en su maldad de la tarde, prefiera que sea el socialista Tomás Gómez quien pida la retirada de Rubalcaba en lugar de hacerlo él. Es también  muy mal síntoma para empezar un acuerdo anticorrupción que el pide te que lo propone siga sin admitir que fue él quien protegió, amparó y puso la mano en el fuego por Luis Bárcenas. ¡ Es que ni mentarlo, oyes! Porque Rajoy tiene también su historia: amparó a Camps, a Jaume Matas, dijo que la trama Gürtel era un trama contra el PP, ampara a la ministra Ana Mato y pagaba hasta hace unos días a su marido. Mal asunto.
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