La clave está en los maestros
domingo 08 de diciembre de 2013, 15:51h
PISA marca la clave. Informe tras informe es evidente que la educación española no funciona por razones estructurales, por errores históricos, por reformas educativas que han primado la escolarización pero se han olvidado de la calidad, de la exigencia y del esfuerzo, que han restado autoridad a los profesores y que han cercenado la autonomía de los centros. Y también dejan claro que el problema no es la inversión en educación, ni siquiera la limitación del número de profesores, sino el sistema. La brecha social educativa en España no es tanto entre pobres y ricos sino entre calidad y fracaso. Por eso mismo, la reforma educativa de Wert -mal gestionada, peor defendida y lamentablemente no pactada con nadie- se justifica y sus oponentes no pueden escudarse en la protesta porque eso sólo nos lleva a mantener todo lo que nos ha conducido a un fracaso estrepitoso.
Lo peor de todo es que salvo en alguna autonomía, como la de Madrid, apenas se han tomado medidas extraordinarias para mejorar la calidad de la educación. Y cuando se toman medidas, se consiguen resultados -Madrid y Navarra encabezan el ranking-, a pesar de que, precisamente sea en Madrid donde la protesta es más fuerte. Hay otras autonomías que critican la reducción del profesorado este curso, pero esa reducción no ha sido igual en todas las autonomías. Cada una debe responder de lo que hace. Lo que Pisa ha dejado claro es que más dinero no es garantía de mejor educación. Y que lo que los centros necesitan es competitividad, exigencia y una mayor autonomía para desarrollar proyectos.
Ahora Cataluña se propone poner un marcha un plan para mejorar la calidad del profesorado, con un periodo de pruebas de tres meses que, si no se supera, impediría al profesor dar clases en un centro público durante dos años. Algunos temen que pueda ser otro filtro ideológico, imprescindible para otros proyectos políticos y no precisamente educativos. Pero la clave está en el profesorado. A la educación deberían ir los mejores y, para eso, es preciso elevar la nota mínima para el acceso a los estudios, aumentar el nivel de formación y de exigencia especialmente en lengua, idiomas y matemáticas, elaborar una verdadera carrera docente con estímulos y hasta poner en marcha un MIR educativo que garantice que a la educación llegan los mejores profesionales porque todos estamos convencidos de que la educación es la inversión más importante que podemos hacer. Tenemos buenos profesores, no todos, pero necesitamos los mejores. Y necesitamos que los padres respalden la autoridad de los docentes, apoyen a los centros y se responsabilicen de la educación de sus hijos
Aun así, yo me conformaría con que en los primeros años de educación obligatoria los profesores lograran que los alumnos aprendieran no ya a leer sino a comprender lo que leen, que recibieran una formación básica en matemáticas y que adquirieran competencias sociales. La clave, insisto, no está en el dinero, está en los maestros.
francisco.muro@planalfa.es
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
25374 | DHCT - 09/12/2013 @ 18:14:59 (GMT+1)
Ambos se equivocan totalmente. En esta ocasión la escasez de medios ha infuído mucho. Mas, efectivamente, no tiene toda la culpa. Sin embargo, al contrario de lo que ustedes dicen, a quien debemos achacar el fracaso de la educación es al sistema en sí, propio del siglo XIX, con aulas masificadas y un carácter dogmático y heteropatriarcal orientado hacia los intereses del Estado y los mercados, así como un nivel educativo bajo y con datos exageradamente desactualizados. Como pueden ver la LOMCE no solo no soluciona estos problemas, sino que los agrava.
25359 | Cuquiña - 08/12/2013 @ 21:31:28 (GMT+1)
Totalmente de acuerdo en que la clave de la enseñanza está en los maestros, aunque se nos engañe diciendo que está en los medios. Todos hemos sido alumnos y sabemos el poder enorme de un profesor cuando exige, explica bien, contagia el amor por su asignatura y es justo. Parece ser que el profesorado que está saliendo estos años no son lo esperable para alcanzar mayores niveles. Está claro que la izquierda una ley exigente, una ley que no "regale" los cursos promocionando la vagancia y la ley del mínimo eswfuerzo, no la va a querer, ellos patrocinadores de la igualdad por abajo, de la mediocridad y de las facilidades para que los chicos no se frustren, nunca aceptarán un ley más exigente, así nos luce el pelo. Llevamos treinta años largos con ley socialista y hemos visto sus desastrosos resultados. La ley Wert con sus defectos va a mejorar la educación.
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