Multitudinaria copa de Navidad en el Palacio de la Moncloa
Desbordado optimismo de Rajoy: 'En Cataluña todo saldrá bien, porque tiene que salir bien'
- No descarta recibir a Mas, pero dejando claro que no
negociará la consulta soberanista: "Yo ya he fijado mi posición"
martes 17 de diciembre de 2013, 17:54h
O es un optimista impenitente o más bien se trata de un escéptico
nato, pero el presidente del Gobierno asegura que 'en Cataluña todo saldrá
bien, porque tiene que salir bien'. Y de ese mismo ánimo ha contagiado a todo su
equipo gubernamental. Optimismo -o acaso escepticismo- desbordado, pues, este martes en
la tradicional copa que Moncloa ofrece por Navidad. Allí, entre corrillos y
corrillos de periodistas, Rajoy ha venido a confesar que no descarta recibir a
Artur Mas, pero que no quiere que sea en reunión 'privada' y que en todo caso
le va a decir que no está dispuesto a negociar nada respecto a la consulta secesionista
en Cataluña.
A la tradicional copa navideña en Moncloa han asistido todos
los ministros que no estaban fuera de España. Es decir, que han faltado el de
Exteriores, García-Margallo; el de Economía, Luis de Guindos, y el de
Agricultura, Arias Cañete. Faltaron también la de Empleo, Fátima Báñez, y
el de Justicia, Ruiz-Gallardón, que tenían actuación estelar en el Senado.
En
Moncloa estaban, en cambio, repartiendo sonrisas y parabienes -y también paramales,
como el anuncio de la subida de la luz- los titulares de Hacienda, Cristóbal Montoro;
Sanidad, Ana Mato; Interior, Fernández Díaz -muy solicitado, después del
anuncio de que va a rescatar las tanquetas de Franco para bañar a los manfiestantes-; Industria, José Manuel
Soria, y Educación, José Ignacio Wert -muy comedido, por cierto, este ministro-, además de la
siempre 'deseada' y muy mandamás vicepresidenta Sáenz de Santamaría.
Menos público, quizá, el asistente este año a la 'copita de
Moncloa' que años precedentes, pero muchas figuras periodísticas salieron de
los despachos para dejarse ver en oficialidad. Los corrillos, pues, eran como
muchedumbres rodeando a los próceres: se oía poco de lo que se decía, pero
acaso por eso, tampoco se decían grandes cosas, y ni mucho menos importantes.
Hasta en diecisiete corrillos distintos y rotativos Rajoy
tuvo a bien repetir prácticamente lo mismo, muy en especial lo relativo a
Cataluña: "Yo ya he fijado mi posición. Así que, ¿una reunión [con Artur
Mas] para qué? No sé de qué vamos a hablar", iteraba una y otra vez.
Rajoy dejaba
abierta la puerta a un encuentro con el presidente de la Generalitat, sí, pero
primero tiene que pedirlo Artur Mas, algo que aún no ha ocurrido, y en todo caso,
ahora quiere Moncloa que sea en 'abierto', es decir, con publicidad y no en un 'privado' como
en anteriores ocasiones. Algo que Mas sabe aprovechar muy bien: hace la escena del sofá con Rajoy sin que nadie se entere y luego lo filtra a conveniencia, según sus tiempos. Y Moncloa se ha cansado de ese juego, de esa escena y de ese sofá.
En cuanto a los contenidos sobre Cataluña, nada ha cambiado desde su
declaración conjunta -la de Rajoy- el pasado jueves con el presidente del Consejo Europeo, Herman
Van Rompuy: dice el presidente de España que el Parlamento español no puede autorizar un referéndum de
autodeterminación porque va en contra de la propia Constitución, e, igualmente, alega que el Gobierno
no está dispuesto a usar el artículo 150.2 para delegar funciones en Cataluña y
que Mas y Oriol Junqueras puedan celebrar su referéndum secesionista:
[Artículo 150.2. El Estado podrá transferir o delegar en las
Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a
materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de
transferencia o delegación. La ley preverá en cada caso la correspondiente
transferencia de medios financieros, así como las formas de control que se
reserve el Estado].
¿Susto o trato?
Ahora bien, podría ocurrir que ERC llevara este asunto hasta el final,
con una declaración unilateral de independencia, pero Rajoy pide que no se adelanten
acontecimientos y ha mostrado ese optimismo del que hablábamos al
principio: no hay que ponerse en el peor escenario porque "va a terminar
bien la cosa". Sí ha revelado Rajoy que si Mas pretende
conseguir con todo esto que en una posible reunión en Moncloa el presidente acepte una
negociación bilateral del modelo de financiación, que se le quite la idea de la
cabeza: la revisión del modelo se hará en 2014 y "con todas las
comunidades".
En todo caso el optimismo sobre este asunto es la señal dominante
en Moncloa, porque en términos similares al de Rajoy, y con la misma intensidad
de creencia interior, se manifestaban este martes, por ejemplo, en sus respectivos
corrillos la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y el ministro de Hacienda
Montoro. Algunos interpretaban, además, que al anunciar ahora la fecha y la pregunta
para la consulta, Artur Mas lo que ha buscado es "ganar tiempo" y
convencer a ERC para que le voten afirmativamente los Presupuestos en Cataluña.
Y, bien, aunque ni siquiera en esos corrillos nadie quiere hablar
-por razones obvias- de estrategias futuras, Rajoy sí ha ofrecido una
pista: prevé viajar a Cataluña en 2014 para hacer "pedagogía" y
explicar lo que el Estado invierte en realidad en esa comunidad autónoma: los
más de 29.000 millones dados en los dos últimos años a través de instrumentos
como el FLA o el plan de pago a proveedores.
Más allá de Cataluña y la secesión, Rajoy también
ha hablado distendidamente de otros asuntos más personales, como que tiene
previsto pasar estas fiestas junto a su familia en Galicia y que piensa
felicitar la Navidad a los militares españoles el 24 de diciembre durante la
visita que realizará a la Escuela Naval Militar en la localidad pontevedresa de
Marín.
En otros corrillos, las temáticas variaban. Por ejemplo, muy
solicitado estaba Montoro, que respondía a las cuestiones con su
habitual 'sardonía' -mitad sardónico, mitad irónico-. En resumidas cuentas, el optimismo de Montoro venía
determinado por las 'cuentas del Reino', que puede que no cuadren todo lo que
debieran pero que demuestran, según él, que estamos en el buen camino.
Respecto a Cataluña, Montoro tiene un argumento irrebatible en relación a la
ayuda que el Estado presta a ese gobierno autonómico que actúa con tanta 'deslealtad'
convocando un referéndum secesionista: viene a decir que seguirán dándole
dinero del FLA o del plan de pago a proveedores porque Cataluña es una parte de
España y toda España está gobernada por el Gobierno central, y éste no puede
hacer dejación de sus deberes. O algo parecido.
Al ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, le
tocó, sin embargo, el papel de 'rey malo que sólo deja carbón'-y nunca mejor
dicho-, porque en parecidos corrillos se vio obligado a admitir que sí, que en
enero va a subir la luz, y aunque no dio la cifra dejó entrever que podría ser
entre un dos o un tres por ciento. Cuestiones del déficit tarifario, se
autojustifica el prócer de la Patria.