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Las chicas ( madrileñas ) del PP son guerreras

Las chicas ( madrileñas ) del PP son guerreras

viernes 28 de marzo de 2014, 13:34h
Si de algo se puede estar seguro en la conflictiva relación que tienen en Madrid la política y la cultura  es que ni Juan Márquez, ni Tony de Juan, ni Eduardo Pinilla, que en el año 1981 integraban el grupo Coz, pensaron que su gran éxito dentro de " la movida" qué alumbró la Transición española iba a poder aplicarse, 30 años más tarde, a las dirigentes del Partido Popular que pelean por un puesto en las listas electorales de su partido de cara a la cita con las urnas del mes de mayo de 2015.

Si leemos la letra de uno de los 20 versos que dan forma a " las chicas son guerreros" comprobamos que tanto si miramos a Esperanza Aguirre, a Ana Botella o a Cristina Cifuentes lo que en ella se dice les encaja en esta primavera de 2014 a la perfección: " jugar con ellas es como manejar nitroglicerina", el potente explosivo que puede llevarse por delante la mayoría absoluta de la que dispone el partido de Mariano Rajoy en la Comunidad y en el Ayuntamiento de la capital.Cada mes, cada semana, cada día, las " chicas" populares no desaprovechan ocasión para lanzarse a la cara todo tipo de acusaciones y responsabilidades por lo bueno y lo malo, sobre todo lo malo, que ocurre en su territorio. Lo último han sido los enfrentamientos entre la policía y el pequeño grupo de violentos que se enfrentó a los cuerpos de seguridad tras la gigantesca manifestación de las " marchas por la dignidad"  que, una vez más, finalizaron en ese gran escaparate que es la capital del estado.

La alcaldesa quiere salvaguardar el centro de la ciudad con un " manifestrodomo" que aleje las protestas del casco histórico y de los puntos neurálgicos de carácter administrativo, algo en la que le apoyan el presidente de la Comunidad, Ignacio González, y el ministro del Interior, Jorge Fernández, y en lo que no están de acuerdo ni los jueces, ni la delegada del Gobierno, con la ex presidenta autonómica y presidenta del partido jugando sus personales bazas con la vista puesta en la plana mayor del PP en la calle Genova y en la plana mayor del gobierno nacional en el complejo de La Moncloa, dos lugares donde habitan otras dos de las " chicas guerreras" de las que puede presumir con razón don Mariano, la secretaria general, María Dolores Cospedal, y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Si me diese por jugar a las palabras y asumiese el papel de filósofo de lo cotidiano hablaría de la " certidumbre de la incertidumbre" que practica el líder del PP. Es posible que sea parte de su genoma gallego, pero es más seguro que obedece a una forma de entender y de hacer política que le ha resultado muy útil desde los tiempos de concejal en su tierra. Sólo el, Mariano, tiene  las llaves del futuro de los suyos y abre o cierra puertas en razón de las exigencias que descubre en cada momento: la incertidumbre, la duda, el desasosiego de los que están por debajo le proporciona una indudable y estratégica capacidad de movimientos que, hasta hoy, le han permitido convertirse en presidente con la segunda mayoría absoluta de la derecha española tras la conseguida por José María Aznar, dejar en la cuneta a los adversarios de enfrente y a los enemigos se dentro, estar en disposición de volver a ganar las elecciones generales dentro de año y medio a poco que mejoré la economía, acometer las reformas más profundas y más amplias que se han dado en la reciente democracia de nuestro país, y moverse por el mundo de Barak Obama y Angela Merkel con relativa comodidad. Que sus " chicas"  - que son muchas - sean guerreras le parece estupendo y lo fomenta todo lo que puede y en todo lo que ellas mismas le ayudan por su cuenta.

Quedan muchos meses por delante,  muchas encuestas a realizar sobre la opinión de los madrileños respecto a los dirigentes populares que Arriola y compañía incluyen en la lista de preguntas, una crisis más o menos grande de gobierno, unos comicios europeos, alguna decisión judicial de importancia,  y los choques entre Esperanza, Ana,  Cristina, Soraya y María Dolores van a seguir siendo punto de atracción y atención para sus compañeros de partido y para sus " colegas" del exterior, a las que podemos aplicar el mismo calificativo, ya se llamen Menendez, Valenciano o Diez.
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