Y es que Zapatero no quiere torcer aún más las escasas perspectivas de éxito de la reunión, dadas las diferencias entre la postura del Gobierno y la del PP, remachada incluso por Rajoy este jueves, respecto al polémico proceso de paz. De ahí que el presidente del Gobierno, mostrara su mejor imagen conciliadora -puro talante, vamos- al asegurar este jueves en el Congreso que veía "muy bien" que el líder del PP informe a la prensa en la sede de su partido y no en La Moncloa de lo tratado.
En una conversación informal y distendida con un grupo de periodistas que le abordaron en los pasillos al respecto, Zapatero añadió con la mejor de sus sonrisas que "cada uno tiende a hacer las cosas donde se siente más a gusto".
No obstante, con esta actitud de Rajoy se rompe la costumbre de que el líder de la oposición comparezca en el Palacio de La Moncloa para dar cuenta de lo acontecido de su encuentro con el presidente del Gobierno.
Fuentes gubernamentales indicaron que aún no está decidido quién lo hará por parte del Ejecutivo. Si será el propio Zapatero o la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, o el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda.