El discutido futuro del fenómeno de los nuevos partidos: Vox atraviesa su primera crisis

En Vox la crisis la ha iniciado Cristina Seguí, miembro del Comité Ejecutivo Provisional, que ha puesto su cargo a disposición de este órgano tras acusar al presidente en funciones del partido, José Luis González Quirós, de estar lucrándose a costa de la formación.

   Ante la polémica surgida por las declaraciones vertidas por la dirigente de Vox en una entrevista en 'El Mundo', el secretario general de la formación, Santiago Abascal, ha emitido un comunicado dirigido a sus afiliados, a quienes explica que en la próxima reunión del Comité Ejecutivo se tratará la dimisión de Cristina Seguí.

   Abascal destaca que Vox es un partido que se financia "exclusivamente" con las cuotas de sus afiliados "y las aportaciones privadas de individuos que apoyan las ideas" de este partido. Asimismo, ha agradecido el apoyo de afiliados y voluntarios, que son los que "aportan su tiempo, su dinero y su esfuerzo".

   Sobre el organigrama del partido, ha señalado que cuenta con una "estructura mínima" de tres personas que "trabajan a tiempo completo en la sede central del partido", en referencia a su cargo como secretario general y a otras dos personas más con funciones de auxiliares administrativos. Vox cuenta también cuenta con "distintos proveedores de servicios" que realizan trabajos para el partido o los han realizado para la campaña de las elecciones europeas.

   Santiago Abascal concluye su escrito recordando que las cuentas de Vox "fueron presentadas a los afiliados y publicadas" y agradeciendo a la prensa su interés "por los asuntos internos de Vox". "Estamos seguros de que en el futuro contaremos también con una cobertura similar a la hora de dar a conocer nuestras propuestas para mejorar y regenerar España", ha añadido.


Podemos, futuro no  muy claro

   Mientras, en 'Podemos' el problema es curioso: saber cómo digerir y seguir creciendo tras su éxito inesperado en las elecciones de mayo. Pablo Iglesias observa a diario como su formación crece, ya con 100.000 simpatizantes en todo el país y con perspectivas electorales abrumadoras de cara a las generales de 2001. La próxima asamblea o congreso a celebrar podría dinamitar el partido según el camino que elija para seguir creciendo.

   Parte de la militancia aboga por el espíritu asambleario del 15-M, apostando por los círculos, mientras que los más veteranos en lides políticas saben que será imposible ese funcionamiento si el partido continúa ascendiendo y tomando importancia en la política española.