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La bestia

La bestia

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
lunes 08 de septiembre de 2014, 09:02h
            Referirse a esa bestia del Estado Islámico con las siglas inglesas de ISIS quizá valga para los anglosajones pero para los españoles es más expresivo referirse al "califato musulmán" como ellos gustan denominarse. El tal califato de asesinos se declara en guerra con la civilización y la civilización no parece, por ahora, alterarse a fondo. Es más, la civilización se preocupa porque la degollina se vea solo a medias, para no herir la sensibilidad del espectador, cuando lo conveniente sería despertar de una vez a los espectadores y que se den cuenta de cómo y quién decapita, lapida y viola sistemáticamente en pleno siglo XXI. ISIS es eso. No un nuevo interlocutor político internacional sino un monstruo a aniquilar.
 
            Aquí deberíamos tener la memoria histórica de las hordas de almorávides y almohades que penetraron en España en los siglos XI y XII. No eran todos los musulmanes sino unas fuerzas de choque. No eran Averroes ni Avincenas ni siquiera los jardineros de la Alhambra. Pero eran unas fuerzas a la que los otros musulmanes tampoco habían sido capaces de hacer frente. Aún figuran en un cuartel del escudo de España las cadenas con que estaban atados aquellos yihadistas en las Navas de Tolosa, dispuestos a morir matando. Y cosa extraña, aún no se le ha ocurrido a algún apóstol de "lo políticamente correcto" sugerir que se retire del despacho del actual presidente del Senado el cuadro del pintor Van Halen que nos recuerda que fue necesaria una alianza de reyes cristianos para derrotar a aquellos salvajes fanáticamente encadenados. Como escribió el recientemente fallecido y sabio historiador Gonzalo Anes, que fue director hasta su muerte de la Real Academia de la Historia: "El fanatismo es una de las continuidades de la historia, acrecentado con el tiempo en cuanto a la eficacia de su acción". "Los dioses han muerto -sus mitos son historia- pero sus demonios siguen vivísimos".
 
             Los demonios están allí donde pueden moverse de momento. Atemorizando y aprovisionándose de medios humanos y económicos en Irak y Siria, con vocación de expansionarse y proyectarse para desquiciar la seguridad del resto del mundo. Es un fenómeno histórico recurrente, no es una innovación contemporánea. Novedad es el petróleo, las ametralladoras o los misiles. Pero que nadie vuelva con el cuento de que si Occidente contraataca lo hace por el petróleo o para favorecer a los fabricantes de armas. Occidente tendría que hacer lo de siempre, una alianza entre Estados para aniquilar a la bestia. La bestia no puede ser democratizada sino derrotada. Para que la humanidad sea una sociedad de seres libres con todos sus defectos pero sin estar sometida a cuchillo, las gentes tuvieron que luchar a través de los siglos contra las tiranías proféticas cuya demencia es igualar a todos los seres humanos sometiéndolos al dilema de acatar un estilo de vida prefijado o ser degollados.
 
            Hoy lo más temible no es el cuchillo de los salvajes sino la tibieza de Occidente. No todo reside en la frialdad trasatlántica de Obama sino en el silencio de los corderos que disfrazan de pacifismo su cobardía. ¡Cuánto más próximos a la amenaza más calladitos! Los clanes políticos, enzarzados en sus pugnas electorales, no piensan más allá de quien será el alcalde de su pueblo, aunque sea a costa de un espacio en una televisión financiada por los bárbaros, como aquellas bandas codiciosas que, en el tiempo de los godos, preferían pactar con las hordas para desplazar del poder a sus hermanos. No se siente la reacción proporcionada ante las atroces acometidas de la bestia ni en los círculos del poder ni en los de la oposición. Frente a una limpieza étnica o religiosa a escala genocida no hay manifestantes melifluos del "no a la guerra", como hacían cuando se combatía a un tirano. Ahora no resuena en las calles un "no al genocidio islamista". Tampoco resuenan los pasos al frente sino el "no conviene adelantar acontecimientos". En la OTAN y de oyentes.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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