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Quesos a la carta... en braille

Cristian, invidente y empleado de la ONCE, regenta un restaurante accesible en pleno centro de Madrid

martes 20 de noviembre de 2007, 18:15h
Un accidente de tráfico lo dejó ciego, pero no mermó su fuerza de voluntad. Aún no ha cumplido los cuarenta y Cristian Sainz, además de ser jefe de informática de la ONCE, tiene un restaurante en pleno centro de Madrid, Catranius, que ofrece a sus clientes una carta en braille de 50 quesos.
“La idea de abrir el restaurante la tuve hace ya casi diez años, en 1998, justo cuando abandoné mi carrera deportiva en el equipo paralímpico español de esquí. He tenido que esperar mucho tiempo por mi trabajo en la ONCE, pero en marzo de este año por fin pude ver cumplido mi sueño de ser restaurador”, explica. Catranius está situado en la calle de Moratín, número 19, de Madrid. Al frente de este local está Cristian, un hombre de 38 años, madrileño y soltero. Es invidente y director técnico de Informática en la ONCE.

A Cristian no le importa contar su historia. “Perdí la vista a los 18 años, en un accidente de tráfico. No llevaba el cinturón de seguridad y, tras un golpe, me empotré contra el cristal delantero y los cristales se metieron en mis ojos. Lo que más me agobiaba al principio era la sensación de perpetuidad, el no poder volver a ver nada nunca más...”, explica.

Pero a falta de su capacidad visual, lo que sí ha demostrado Cristian es un magnífico olfato para los quesos, y es que su madre es francesa y él ha heredado su gusto por este producto. “En Catranius tenemos unas cincuenta especialidades. De las españolas, que recuerde, están representadas Castilla y León, Asturias, País Vasco, La Mancha, Andalucía y Aragón. También tenemos buenas muestras de Francia, Suiza, Italia y Holanda”, enumera.

Tiene muy claro lo que sus clientes pueden encontrar en Catranius: una particular cocina creativa a buenos precios, especialidad en quesos nacionales y extranjeros y, sobre todo, una carta con los menús escritos en braille para facilitar la elección a los invidentes.

José Pedro González, invidente y trabajador de la ONCE, opina sobre la iniciativa: “Nos parece estupendo que haya abierto un restaurante con la carta en braille. Así las personas invidentes como nosotros podrán salir a cenar tranquilamente sin la necesidad de que nadie tenga que leerles la carta. Cristian ha demostrado tener sensibilidad con el resto de las personas ciegas”.

Pero lo más peculiar de este restaurante es la forma en la que se degustan los quesos. No vale pedir esta o aquella especialidad: lo que manda es la improvisación. Los empleados del local van sacando bandejas que ofrecen a los comensales: bandejas y bandejas que van y vienen de un extremo a otro del restaurante. Así el cliente se apunta a la que más le gusta.

Es una especie de bufet de quesos. “Me gusta venir a este restaurante  porque me encanta mezclar el queso con el vino. Tienen quesos de todo el mundo y también de toda la geografía nacional, pero lo mejor de todo es la gran variedad de comidas que ofrece Catranius. Yo he traído a amigos míos a los que no les gusta el queso y  han podido comer cualquier otra cosa de la carta”, asegura Jon, cliente habitual del restaurante.

Dentro de poco habrá otra novedad en Catranius: mostradores con las diferentes variedades de quesos que ofrecen para que así los clientes puedan empezar a distinguir, también a través de la vista, los que más les gustan. “Seguro que soy el único invidente con un restaurante especializado en quesos”, dice Cristian. “Lo que más me gusta de mi negocio es el trato con la gente, charlar con ellos. Al principio pensé que mi ceguera iba a ser un inconveniente, pero no ha sido así y esto me gusta”, asegura.

Actualmente, muy pocos restaurantes en Madrid tienen la carta también en braille. Además de Catranius, la tienen al menos Da Nicola, Ginos y Los Cien Montaditos. “Las personas ciegas tenemos problemas a la hora de salir a tomar algo. No son inconvenientes insalvables ni mucho menos, pero si pusieran la carta en braille en más sitios, los invidentes ganaríamos en confortabilidad”, asegura González.
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