Datos y confianza

El paro se dispara en noviembre, la inflación ya lo ha hecho y lo va a seguir haciendo, la cesta de la compra se sube a las nubes aunque no figure en ella la escalada de los tipos de interés, cae la venta de coches y el índice de confianza de los ciudadanos en la economía decae de forma preocupante. Es posible que el estado de malestar respecto del estado de bienestar no sea generalizado antes de las elecciones, pero los ciudadanos empiezan a estar moscas. Nos esperan tiempos difíciles y hay que empezar a pasar la cuesta de enero en diciembre.

¿Y el Gobierno? Vende que las cifras macroeconómicas son excelentes, pero con eso no se puede ir al mercado. Y poco más. Los que miran a otros países contemplan que se están tomando medidas para frenar la crisis mientras que aquí sólo sabemos que Solbes seguirá –si vuelve a ganar Zapatero- lo que es una garantía de que no habrá otro que sería mucho peor, pero no sabemos que medidas van a tomar el vicepresidente y sus ministros antes de las elecciones para que los bolsillos noten menos la crisis o para que los que se están beneficiando desmesuradamente del incremento de precio de algunos productos no lo hagan a costa nuestra.

Parece como si los socialistas, intervencionistas por principio en casi todo y acérrimos defensores de lo público frente a lo privado, hubieran pasado a pensar que el mercado lo arregla todo por sí mismo, que es lo que defienden los liberales ultras. Pero como las dos cosas son malas, seguramente igual de malas, y todavía tenemos un Gobierno y las elecciones están lejos, habría que pedir a los responsables que hagan algo para devolver la confianza a los ciudadanos y a las empresas. Tal vez no haya razones reales para la crisis, pero como se instale el sentimiento de que ya está aquí, los problemas se van a multiplicar. Hay que recuperar la confianza, tenemos necesidad de confianza para no tener miedo al miedo. Incluso aunque pensemos, como Henry Louis Mencken, que “confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar”. O cuando sabemos que mienten. Incluso.