El 25 de julio, Madrid se tiñó de luto por la muerte de seis soldados españoles en un ataque terrorista perpetrado en el sur del Líbano. Uno de ellos era natural de Algete, y todos pertenecían a la Brigada Paracaidista con base en Paracuellos del Jarama.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, decretó dos días de luto en señal de duelo. Tres de los fallecidos eran de origen colombiano: Jefferson Vargas Moya, de 21 años; Jackson Castaño Abadía, de 20 años; y Juan Erickson Posada, de 20 años.
Los otros tres muertos fueron Jonathan Galea García, natural de Madrid y de 18 años; Juan Vidoria Díaz, de 20 años y nacido en Ávila; y David Puerta Ruiz, de 19 años y natural de Sevilla. Este falleció poco después de la explosión, en la que también resultaron heridos Enrique Vázquez Matei, de 21 años y natural de Madrid; y Juan Paz Soler, de 19 años y natural de Mallorca.
Al día siguiente del atentado, por la noche, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el príncipe Felipe y más de un centenar de familiares aguardaban en Torrejón la llegada del avión con los cuerpos de los militares, en el que también viajaba el ministro de Defensa, José Antonio Alonso.
Los cuerpos fueron trasladados al Hospital Central de la Defensa, donde se les practicó la autopsia, y después conducidos a la base de la Brigada Paracaidista de Paracuellos del Jarama, donde fue instalada la capilla ardiente. El funeral de Estado, celebrado en ese mismo lugar, fue presidido por los Príncipes de Asturias.
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