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Sí hay motivos

lunes 01 de octubre de 2018, 16:30h

Lacra social, problema social, problema de Estado. Se nos escapa. Día sí, día también, un hombre mata a su mujer. Cómo es posible que lo leamos, oigamos y veamos y nos hayamos habituado a ello como una mala noticia más. Hemos hecho todos los análisis habidos y por haber, pero sigue ocurriendo. Todas las semanas manchadas de dolor e impotencia. Los gobiernos, ¿tienen los datos correctamente recogidos sobre las mujeres que sí denuncian? ¿Conocemos el perfil del hombre maltratador? ¿y de la mujer maltratada? En ocasiones no hay denuncias previas, “entonces la culpa es de la víctima, no del asesino”, piensa el inconsciente colectivo. Otras veces sí hay denuncias, entonces ¿qué falla? A ver…digamos que la Justicia falla. Si esto es verdad, no tenemos nada. No es justo si no es equitativo, decía Aristóteles, y parece que la mitad de la sociedad, no está siendo protegida. En uno de los últimos asesinatos, la juez no vio motivos para tomar medidas preventivas para que un padre no matara a sus hijas.

Desde diferentes enfoques han dado con el origen del problema y sabemos que la educación es primordial. ¿Cuándo calculamos que esa prevención tenga su efecto? Supongo que yo no lo presenciaré, espero que mis nietas sí. Este feminicidio va más allá de la violencia de género, es terrorismo machista porque la violencia no la da ni el género, ni el sexo, la da el machismo.

Sin querer, culpabilizamos: primero, matan a mujeres (algo habrán hecho), estaba divorciada, no era española, tenía hijos de su anterior pareja…Parece que si lo haces todo como es debido (eres española, te casas, tienes hijos y no pides el divorcio aunque tengas miedo) entonces no te matarán. Visto lo visto este silogismo no es cierto. Si hablamos de prevención, podemos pensar también en el asesino. Mata cuando dice que no puede más y la mata con 45 puñaladas, no 1. A lo mejor podemos prevenir llegando a ellos antes de ese asesinato. ¿Cómo? No lo sé, pero a sus compañeros de trabajo no los mata cuando “no puede más”.

No es un crimen cualquiera, no, era un hombre que la había querido en alguna ocasión, ella había confiado en él, tuvieron una relación, a veces, incluso hijos y un buen día él la mata porque ha perdido el control de la relación. Si la mata no solo es violencia, no solo es agresión; es un asesinato. Por no hablar de los desastres que deja alrededor: hijos muertos, hijos heridos, hijos que no querrán a nadie o que aprenderán a matar porque es lo que han visto. Los menores son los más desprotegidos. No pueden entender ni entenderán qué sucede porque nadie puede explicárselo. Porque a veces no solo quedan huérfanos de madre por asesinato, no, a veces quedan también huérfanos de padre por cobardía. El 20% de los hombres que matan a sus parejas se suicida, y un 10% lo intenta, según los estudios estadísticos existentes al respecto.

Menos mal que esta semana se cumplía el primer año del pacto de Estado contra la violencia de género y no van a matar a ninguna otra mujer.

Fátima Martí Cardenal

Es psicóloga sanitaria experta en Psicología Educativa. Es presidenta de la asociación para niños y niñas con altas capacidades ARCA (www.altascapacidadesarca.org) y directora técnica en la asociación AAESI. Asesora a familias y da formación al profesorado sobre la detección y atención al alumnado con altas capacidades. Trabaja en consulta con niños y adolescentes. También es profesora en el Máster en intervención en necesidades específicas de apoyo educativo del CES DON BOSCO.

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