www.diariocritico.com

El futuro de Rajoy

jueves 27 de diciembre de 2007, 11:12h

Al líder del Partido Popular le salen más adivinos que en una insomne madrugada televisiva, con las chorrocientas pitonisas de turno escudriñando bolas de cristal y exigiendo en pantalla que se las llame. A Mariano Rajoy, por tanto, le están diseñando su futuro –nada esperanzador, la verdad— tanto los propios como los ajenos. Y, en el apartado de propios, la crueldad es una imagen de marca. Los codazos en la línea de salida son la escenificación de las ambiciones de gentes como Ruiz Gallardón y su directa competidora y cordial enemiga Esperanza Aguirre. En el sustrato del PP, a modo de corrientes telúricas, circulan indisimuladas ganas de cambio en la cúpula dirigente. ¿A beneficio del partido? Témome que no. Porque tiene más que ver con dar satisfacción al ego propio, del que muchos aspirantes a la sucesión de Rajoy andan más que sobrados.

Al de Pontevedra, ese señor educado de provincias, le dan ya como amortizado sus propios conmilitones. Y mientras, el directamente aludido –detalle que le honra— sin descomponer el gesto y capeando el temporal, puede que mordiendo el puro. A mal tiempo –ya se sabe—pues buena cara.

Y con este bagaje, llega el PP a la cita electoral del próximo 9 de marzo. El póster de Rajoy lleva sobreimpresa esta frase: “Nacido para perder”.  Las sonrisas –conejiles las unas, de hiena resabiada las otras— son la tónica dominante en la madrileña calle de Génova. Como sonrisas –de momento, sin clasificar—hay entre los socialistas al mencionar a Rajoy. Para la ejecutiva del PSOE, es el candidato ideal: el que menos estorba a Rodríguez Zapatero;el que no entusiasma como para producir esos casi dos millones de votos trashumantes que, en la España del primer decenio del siglo XXI, son los que dan mayorías suficientes de gobierno.

A tres meses vista, el PSOE tiene un futuro electoral que para sí quisiera Mariano Rajoy. Incluso cuando Zapatero no alcance mayoría absoluta. Como en esta primera legislatura, el resto de formaciones acudirán raudas en socorro del vencedor. Con eso cuentan los estrategas de Ferraz, empeñados ahora en vender centro y España a porrillo. Por la cuenta que les trae, son los más interesados en que, al menos hasta el 10 de marzo, Mariano Rajoy sea el líder formalmente indiscutido del Partido Popular. El de Pontevedra está condenado, sin hacer un mal gesto, a afrontar su futuro político. Y, al modo tranquilo que le es propio, Rajoy sabe estar a la altura de las circunstancias. Y hay un cierto halo de grandeza en esa actitud, aunque la procesión le vaya por dentro.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios