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No lo canten que es peor

sábado 12 de enero de 2008, 17:29h
   Menos mal que se necesitan quinientasmil firmas para que ese bodrio de texto de himno llegue al Congreso y se convierta en una propuesta de iniciativa popular. Su autor, que no es responsable de la iniciativa del COE de llenar de estrofas lo que hasta ahora era una música digna, dice haber escrito algo que pueda cantar la gente de la calle, la que viaja en el metro.

   El problema es que esa gente, por lo menos en el metro, no se pone a cantar el himno nacional porque correrían el riesgo de ser trasladados a un frenopático. El himno, como la bandera, es un símbolo para actos oficiales y  resulta inconcebible imaginar a sus señorías en el Congreso, puestos en pie, entonar  "¡Viva España!/cantemos todos juntos/ con distinta voz/y un solo corazón". Eso, después de una de esas sesiones en las que, salvo mencionar a la madre, se dicen de todo. Bueno, no es del todo cierto lo anteriormente escrito; sí es concebible, ya que el diputado popular, Martínez Pujalte, ha mostrado su apoyo entusiasta y su decisión de cantarla a pleno pulmón. Con esa voz tan penetrante que tiene va a ser de escalofrío.

   Menos mal que Gaspar Llamazares, que podía hacerle el contrapunto con su voz de bajo tenor, no parece muy entusiasta y ha calificado la letra de 'rancia'. La ex ministra de Cultura, Carmen Calvo, considera que si Peman levantara la cabeza denunciaría al autor por plagio. Cosa que es radicalmente injusta porque el autor andaluz, apologista del caudillaje y conocido como el poeta alférez, escribió una cosa todavía más abominable y, pese a la obligación de aprenderlo en las escuelas del franquismo, ha pasado felizmente al más completo olvido. Lo menos que se merecía.

   Nos queda, al fin, la esperanza de que con este nuevo texto para la Marcha Real ocurra lo mismo y toda la parafernalia montada en torno a la selección de algo, que nunca se debió plantear, quede como la anécdota curiosa de que también la democracia intentó hacer un versito.

   De momento, a los honrados ciudadanos de la calle a quienes se ha pedido que cantaran la propuesta del COE, lo han hecho en un tono de chirigota y chanza muy inapropiado para trasmitir el sentir y la emoción que debe provocar el himno patrio. Si todos los deportistas, a quienes supuestamente va dirigido, sueltan la carcajada en los estadios internacionales, cada vez que intenten cantarlo, vamos a ser el hazmerreír del mundo. Cosa que, a lo mejor, hace más divertido el deporte e incita a las masas a correr por la calle, coger la bicicleta y dejar el coche en el garaje. De este modo contribuiremos  a frenar el cambio climático. Pero parece demasiado ambicioso el proyecto. No demos ideas y crucemos los dedos para que no prospere.
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