El PP se acelera

El PP está atinando al tomar la iniciativa en cuestiones de política económica, donde por cierto tiene más credibilidad que en otras materias como los asuntos territoriales o sociales, ante los que rara vez sabe anticipar las tendencias; al contrario, parece empeñado en frenar los cambios de la sociedad. Por eso mismo, si Mariano Rajoy sabe recuperar el espíritu de Rodrigo Rato, seguramente las cosas le irán mejor que si secunda todas esas exageraciones que suelen soltar Zaplana y Acebes para mantener a los suyos poco menos que en pie de guerra.

Ahora bien, una cosa es que el PP acierte al proponer medidas contra la desaceleración económica y otra muy distinta que, contagiado por lo que hizo en otros frentes, desembarque en la economía sembrando también el pánico. Ya se lo ha advertido, finamente, la propia patronal cuando señaló que el catastrofismo no tiene razón de ser, ya que es irresponsable por sus efectos negativos. Muy a menudo da la impresión de que mientras el PSOE se enreda, el PP se acelera demasiado.

Pedro Solbes no ha hecho una mala política económica y el PP lo sabe, como cualquier otro agente político, económico o social. Y lo sabe, entre otras razones, porque el vicepresidente hizo más o menos lo mismo que Rodrigo Rato, quien ya se había inspirado, a su vez, en el Solbes de González cuando Aznar llegó al poder en 1996. Por tanto, procede un poco de prudencia y de rigor antes de decir disparates o cometer imprecisiones de manera intencionada, como hace el PP cuando vincula, por ejemplo, al Gobierno de Zapatero con la subida de los tipos que decide el Banco Central Europeo. Una crítica más rigurosa a las carencias de este Gobierno (productividad, déficit exterior, incluso la inflación) daría mejor idea de que el PP está preparado para gobernar y no de que se trata de un partido radical y acelerado a destiempo. Después de todo, la economía sigue creciendo y el paro está en el nivel más bajo de los últimos 30 años.