En ese Salón que año a año se escenifica en Detroit, mostraron que la desaceleración económica no afectó hasta ahora el consumo de los más ricos en Estados Unidos.
Ferrari, Maserati, Bentley, Lamborghini, Rolls Royce: todas las grandes marcas de lujo registraron en el salón "resultados récord" en 2007 y mostraron un "sólido comienzo" de 2008 en el principal mercado del mundo, indicó AFP.
Un balance sorprendente que contrasta con anuncios recientes –los resultados de la joyería Tiffany, las ventas estacandas de las grandes tiendas Saks y las dificultades de los titulares de tarjetas de crédito American Express– que atestiguan un cierto debilitamiento del mercado de lujo.
"Muchos fabricantes de automóviles aquí están en retroceso, puesto que los estadounidenses tienen miedo de la crisis de los créditos 'subprime', del alza de los precios de la energía, y de una desaceleración económica. Pero en nuestro segmento, los 'superricos' siguen gastando como siempre y seguirán comprando este año vehículos caros, arrojados y exclusivos", resume Jim Selwa, el presidente de Maserati North America.
Selwa citó una encuesta de la Reserva Federal (Fed), fechada en 2007, en la que se concluye que los estadounidenses más ricos han aumentado su fortuna mucho más rápidamente que el resto de la población durante los últimos treinta años.
En todo caso, más allá de esas manifestaciones de optimismo, lo cierto es que el ramo de los automóviles de lujo no se basa apenas en el dinamismo de la demanda en Estados Unidos.
Por más que las ventas van bien, su progreso es mucho menor que en el Golfo Pérsico, en China o en otras economías emergentes, donde las nuevas fortunas han florecido en los últimos años.
Por ejemplo, Ferrari, líder de la industria automovilística de lujo en Estados Unidos, insiste sobre todo en el "el boom extraordinario" de Medio Oriente y el Pacífico asiático.
Con ventas mundiales en aumento de 14%, con más de 6.400 modelos disponibles, la región de Asia-Pacífico experimentó una subida de sus ventas del 50% y la de Medio Oriente en 32%, mientras Estados Unidos y Europa, sumados, no lograron más que un crecimiento de sus ventas del 8%.
En el constructor británico Rolls-Royce, que responde por el 40% de las ventas, registró un incremento del 22% en Estados Unidos, mientras que las ventas mundiales de la marca subieron un 25%, para superar por primera vez la cifra de los mil vehículos.
Otra gran marca del Reino Unido, Bentley, experimentó resultados aun más elocuentes: superó las 10.000 entregas en 2007 (+7%), con un crecimiento del 4% en Estados Unidos, del 7% en Europa y del 18% en Asia-Pacífico, además de un boom del 93% en China.
Actualmente, los estadounidenses constituyen el 40% del mercado de Lamborghini, indicó un portavoz de la firma, que no precisó si la evolución de la estrategia respondía al impulso de las nuevas fortunas en los países emergentes, o si se adelantaba a una caída significativa en Estados Unidos.