Las encuestas mantienen una cierta ventaja del PSOE frente al PP, al menos en intención directa de voto, pero en los cuarteles generales de ambos partidos prevalece la cautela. La situación, a pesar de infinidad de factores, sigue igualada y, sobre todo, sujeta a dos incógnitas: el resultado de los debates televisados entre Mariano Rajoy y Rodríguez Zapatero y el nivel de participación, algo que inquieta especialmente a los socialistas, que necesitan movilizar más a los suyos, hasta alcanzar al menos el resultado de 2004, cuando el PSOE logró el 32,6% de los votos, frente al 28,8% del PP.
La decisión de apartar a Ruiz Gallardón de las listas del PP, con independencia de las razones que pudieran tener Rajoy y Esperanza Aguirre, se revela como un error importante, cuyos ecos no terminan de apagarse en un país que habitualmente devora la actualidad y se olvida en unas horas de lo que pasó el día anterior. A ello tampoco contribuyen ciertas actitudes del propio PP. Este domingo, sin ir más lejos, Rajoy y Acebes saludaron cordialmente a Ruiz-Gallardón en un acto del partido conservador, mientras Aguirre permaneció distante.
Pero no sólo las miradas se centran en Madrid. En Barcelona, entre tanto, donde los socialistas se juegan mantener su ventaja sobre el PP, que en Cataluña lleva tiempo de capa caída, el discurso del PSC extrema la disyuntiva entre Zapatero y Rajoy mediante la táctica de vender moderación socialista ante el regreso del aznarismo que evidencian el fichaje por el PP del expresidente de Endesa, Manuel Pizarro, y la marginación del alcalde Ruiz-Gallardón. De momento, todo gira en torno a personas y sensaciones, mientras los programas pasan inadvertidos. Eso sí, un ZP audaz anuncia que subirá a 850 euros las pensiones mínimas.
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